Frío es la palabra de moda estos días, todos lo tenemos y todos hablamos de ello como si por repetirlo muchas veces o compartir con el vecino nuestra temperatura corporal fuera a subir algunos grados. En anteriores artículos ya os hemos hablado de la importancia de abrigarse de forma adecuada contra las baja temperaturas pero por si no os lo acabáis de creer podéis echar un vistazo al siguiente relato que el Dr. Melvin Herskowits escribió advirtiendo del peligro al que se enfrenta un corredor mal equipado.
Apareció en el New England Journal of Medicine (20 de enero de 1977):
Carta Al director.
Un médico de cincuenta y tres años, circuncidado, no fumador, que bebe moderadamente (un trago largo antes de cenar), 1,78 m, 70 kg de peso, sano, que ha realizado ejercicio físico intenso durante muchos años, inició su sesión habitual de footing de 30 minutos por un parque a las 7de la mañana el 3 de diciembre de 1 976. Llevaba pantalón de piernas anchas de poliéster, calzoncillos tipo boxer de Dacrón-algodón, una camiseta de algodón, un suéter fino de lana, guantes y zapa tillas bajas Pro Ked. La chaqueta de nailon le llegaba un poco por debajo de la línea de la cintura. La información meteorológica por radio había dado una temperatura del aire exterior de -8 °C con fuerte viento. De las 7:00 a las 7:25, el ejercicio fue el habitual. A las 7:25 el deportista notó una sensación doloroso y un ardor sumamente desagradable en el extremo del pene. .De las 7:25 a las 7:30 esta incomodidad fue en aumento, el dolor era más agudo: con cada paso cuando la sesión de ejercicio estaba a punto de finalizar. A las 7:30 la sesión terminó y el paciente volvió a casa.
El examen médico de las 7:40 en su piso a una temperatura ambiente agradable reveló un principio de congelación del pene. El glande estaba frígido, rojo y blando al tacto e insensible a un contacto leve. Se inició la terapia de inmediato. Se retiró el pantalón de poliéster y los calzoncillos de Dacrón-algodón. En posición de pie con las piernas separadas, el paciente creó un soporte para calentar el extremo del pene rodeándolo con la palma de la mano. La respuesta fue rápida y completa. Los síntomas disminuyeron 15 minutos después del inicio del tratamiento y las condiciones físicas volvieron a la normalidad.
A las 7:50 la esposa del paciente volvió después de ir de compras y lo observó mientras realizaba el tratamiento. Lo vio de pie, con las piernas separadas, en la habitación, desnudo hasta la cintura, sosteniendo el extremo de su pene con la mano derecha y pasando páginas del New England Journal of Medicine con la izquierda. La observación de la terapia por parte de la esposa dio lugar a un rápido inicio de numerosos, diversos e intensos diálogos entre los cónyugues sobre los gustos sexuales del marido. (efectos secundarios).
La patogenia del síndrome fue descrita como la respuesta del tejido a la velocidad del aire a -8 °C, que penetraba por los intersticios del pantalón de tejido de poliéster y por la abertura anterior de los calzoncillos de Dracon-algodón, impac tando en el lugar receptor del órgano en cuestión produciéndole los cambios descritos.
El paciente sigue practicando footing, lleva un calzoncillo y un viejo pantalón de chándal de algodón, como los que se usaban en las carreras de cross de la uni versidad en 1939. No se esperan recaídas.
Lo dicho… abrígate en consecuencia que nunca se sabe…