Correr con frío eleva la resistencia y hace que estés en mejor forma de cara a la primavera. Investigadores del ejército de los Estados Unidos analizaron los resultados de distintos maratones y descubrieron que los ganadores de las carreras fueron, en promedio, más lentos a medida que la temperatura subía. Según este estudio, la temperatura ideal para correr es a menos de cinco grados centígrados.
Correr con temperaturas más frías entrena tu cuerpo para tomar más oxígeno y usarlo de manera más eficaz. Un estudio de la Universidad del Noreste de Arizona, en Estados Unidos, descubrió que el VO2 max (cantidad máxima de oxígeno) incrementa 34 por ciento después de realizar ejercicios regulares en el frío, y haciéndolos con velocidad, incrementa en un 29 por ciento.
Y como ya comenté en este post estar activo durante el invierno es la mejor defensa contra los resfriados y la gripe. Una investigación de la Fundación Mayo para Educación Médica e Investigación en los Estados Unidos descubrió que sudar puede disminuir el riesgo de contraer gripe de un 20 a 30%. Toda la evidencia apunta a que entrenar con frío incrementa tu sistema inmune. La Universidad de Iowa descubrió que 45 minutos de carrera diaria en invierno evitan que los mocos ataquen la nariz.
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