Una parte fundamental del rendimiento tiene que ver con la capacidad de descansar y regenerar nuestro organismo cada día. En la actualidad, hay muchas mujeres con trastornos del sueño debido a una carrera diaria caracterizada por el ajetreado, intensas agendas, y estrés. En ocasiones, para dar calidad a nuestro estilo de vida incluimos el deporte. Hoy en día, cada vez son más las mujeres que se suman a la práctica del running como válvula de escape para desestresarse a la vez que cuidan su salud y socializan con otras amigas.
Nuestro estado físico, mental y emocional sufre alteraciones inmediatas cuando terminamos de correr, y por esas alteraciones (por todas bien conocidas) es que resulta tan recomendable incluir el deporte como práctica habitual en nuestra vida. Pero cuidado! Hay que saber cómo sacar el máximo provecho a estos cambios. Algunas mujeres disfrutan de un estado de relax ya que han drenado el estrés diario; pero otras, sin embargo, entran en excitación y están de “subidón”, un estado ideal para empezar el día llenas de energías, pero poco recomendable si es la hora de dormir.
Si eres de esas mujeres a las que les cuesta dormir y además, tu agenda solo te permite salir a entrenar por las noches, asegúrate de crear una rutina de descanso adecuada: ir a dormir a la misma hora cada día, incluir algunos ejercicios de relajación, y apaga todos los dispositivos que puedan interrumpir el sueño.
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Sigue una alimentación adecuada.
Los alimentos que elijas en la cena son muy importantes a la hora de ayudarte a dormir mejor. Una cena adecuada es aquella que contiene todos los grupos de nutrientes y por lo tanto es equilibrada.
En algunos estudios se ha observado que consumir una ración adecuada hidratos de carbono de alto y bajo índice glucémico mezclado con una ración de proteínas ayuda a conciliar el sueño más rápidamente que aquellas personas que eliminan este grupo de alimentos o cenan muy poco. Por el contrario, aquellas cenas con un alto contenido en grasas dificultan las digestiones y la capacidad de conciliar el sueño.
El tiempo que dejamos entre la cena y el momento de irnos a dormir también es importante. Muchos estudios han comprobado que el mismo tipo de alimentación consumido 1 hora o 4 horas antes de acostarse puede tener efectos muy distintos. En general, cuanto más espacio dejemos entre la cena y el momento de acostarnos mejor es nuestro sueño.
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Vigila la hidratación.
La hidratación es fundamental en el ejercicio y en la recuperación, sobre todo en los meses de verano. No obstante, cuando entrenamos por la noche hay que vigilar el agua total que ingieres después de tu sesión de entrenamiento, pues eso puede provocar que debas levantarte por la noche interrumpiendo el sueño, provocando un menor descanso.
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Consume alimentos ricos en triptófano.
El triptófano es un aminoácido precursor del neurotransmiror serotonina. Este último se asocia con un estado de relajación y bienestar. Muchos estudios demuestran que pequeñas cantidades de tritófano acortan el tiempo que tardamos en dormirnos.
El triptófano se encuentra de manera natural en una gran variedad de alimentos, pero se ha comprobado que la proteína del suero de la leche contiene la proporción más adecuada de aminoácidos haciendo que el triptófano pueda atravesar la barrera del cerebro y permitiendo que se sintetice serotonina adecuadamente. Incluir un vaso de leche o algún lácteo por la noche puede ayudarte a dormir mejor.
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Suplementos de melatonina y valeriana
La melatonina es una sustancia natural que se encarga de regular los ritmos circadianos. La valeriana, por su parte, es uno de los suplementos naturales más usados para conciliar el sueño. Si tienes problemas graves para dormir, probar alguno de estos dos suplementos puede ayudarte.