Como ayer improvisé la entrada del premio Liebster, el capítulo nuevo de Corrientes del tiempo ha pasado a hoy, pero aquí lo tenéis y, por eso, dejo de daros la murga y os dejo ya con el sexto capítulo, Lazos que atan.
En el presente, Felipe debe seguir lidiando con la situación de Tim y la desconfianza de Hanna, mientras Tania ha quedado presa en casa de los Cremonte gracias al último acto de Erika. En 1952, Ariadne y Deker parten en un viaje rápido en busca de ayuda.
Una vez más, espero que os haya gustado y que se entiendan todas las paranoias espacio-temporales a lo wibbly wobbly timey... stuff. Y, ya sabéis, cualquier cosa que queráis comentar es más que bienvenida y me hacéis muy feliz con esas cosas.
En dos semanas, más.
Próximamente: Tania frente al espejo.