Revista Política

Corrupción legal e ilegal

Publicado el 12 diciembre 2011 por Corsojc @corsojc

Corrupción legal e ilegalEnmultitud de países, sobre todo en los más desarrollados, existe un preceptosocial que lleva a pensar que los delincuentes se libran de la reprobaciónmoral si un juez los exime del delito. Nada hay más lejos de la realidad,cuando en las modernas sociedades las leyes están hechas por unos pocos, y conun consentimiento general bastante deficiente. Por tanto estar dentro o fuerade las leyes no es símbolo de justicia.
¿Elhecho de legislar es complicado o se ha vuelto complicado? Esta pregunta no esbaladí, si no que está ligada a la filosofía del derecho. La respuesta obvia esque la legislación es complicada porque la sociedad es complicada, y en generallas situaciones a las que se enfrentan los jueces también lo son. Pero yo,cuando menos, me pregunto si esto es así o si el interés de algunos hace quelas cosas no se puedan simplificar.
Engeneral, la Justicia es un tema muy complejo, los mismos delitos tienendiferentes penas según los límites fronterizos en los que se resida e inclusodependiendo de la interpretación de la ley que se haga, porque a pesar de todoslos años y cantidad de expertos que se dedican a legislar, las leyes siguen sinser claras y están sujetas a interpretaciones. ¡Madre mía a estas alturas!
Una delas cuestiones que cada vez preocupa a más gente, está relacionada con la clasepolítica y la corrupción. Esto se puede ver en la tabla del CIS sobre los 3problemas que más preocupan a los españoles.
Lospolíticos nos provocan quebraderos de cabeza porque no son eficientes, y ademásen muchos casos son sospechosos bien de otorgar tratos de favor, bien debeneficiarse de su posición a través de prebendas que ojalá pudieran decidirlos ciudadanos, porque de ser así, nunca se materializarían.
Eltrasfondo de estos párrafos introductorios es que existen dos tipos decorrupción, por un lado la ilegal, que ligada a los maletines, el pago decampañas electorales, regalos de alta gama y demás tratos de favor, tiene comocompensación determinadas concesiones municipales, recalificación de terrenos oimpedimentos a otras empresas rivales para implantarse en el territorio. Pocascosas hay más reprobables en nuestra sociedad que el aprovechamiento de uncargo público y, para que esto cambie, necesitamos una legislación dura yejemplarizante además de valentía por parte tanto del personal que trabaja enlas administraciones públicas como de los políticos que vuelven la vista antesus compañeros de partido o rivales.
Porotro lado y no menos preocupante nos enfrentamos a lo que yo denomino lacorrupción legal, aquella cargada de ego y orgullo que sobreviene con el poder.Este tipo de corrupción conlleva acciones de una gran bajeza moral pero ayuda allevar el caviar y el buen vino a la mesa. Cuestiones como cobrar por ir a losplenos de la corporación cuando ya se tiene un sueldo generoso, permitirse dietasdisparatadas, asignar entradas para espectáculos a multitud de cargos públicoso algo tan esencial como no legislar duramente contra la corrupción. Todo ellonos habla del talante de una clase política que agarrándose a clavos ardiendoresiste en el poder pasando por encima de los electores, quienes en teoríatienen el poder, pero que en la actualidad están muy lejos de el.
Sólo mequeda añadir que creo que existen políticos honestos, pero que es hora de queden la cara y tomen las riendas de gobierno de sus partidos, expulsando a lasmanzanas podridas que, por desgracia, no son pocas.
Ellector que quiera profundizar en el tema puede visitar la página de la fundación alternativas, donde encontrará variosinformes sobre corrupción.

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