¡Basta, por favor! Pero qué clase de charlotada es esta. Los ciudadanos de a pie, que cada vez somos más de rodilla, hincada en el suelo, no nos merecemos este espectáculo público grotesco y de mal gusto. ¡Basta ya de titulares perturbadores! De acuerdo, los medios no generan las noticias, sólo las publicitan, pero de vez en cuando podían intercalar alguna positiva, y que no sea precisamente el mundial que la selección de fútbol, o ¿era balonmano?, gloriosamente ha conseguido.
Hoy, sin ir más lejos, la agencia Europapress se hace eco de un estudio publicado en la revista "Cancer Discovery" el 28 de enero. Dicho estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores españoles, liderados por el director de Investigación Clínica del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, Josep Tabernero, representa una esperanzadora puerta abierta en la lucha contra el cáncer, ya que por primera vez se ha experimentado exitosamente con personas un método que en el laboratorio era efectivo, pero que había fallado hasta el momento con los pacientes. El método, basado en bloquear las proteínas responsables del crecimiento de los tumores con moléculas de ARN, se probó en 41 pacientes con cáncer avanzado con metástasis en el hígado. En un 30% la enfermedad se frenó, e incluso en algunos casos se consiguió una regresión de la metástasis. Una esperanza en el avance de la lucha contra el cáncer.
Josep Tabernero. Fuente: Vall d'Hebron
Intercalar este tipo de noticias entre tanta miseria, corrupción y pesimismo, nos ayudaría a soportar mejor lo que nos toca sufrir. Al fin y al cabo, si algún día algún equipo consigue poner cura al cáncer o al SIDA o cualquier otra grave enfermedad, será más importante para la Humanidad que cualquier corrupción, insulto, querella o difamación que nuestra clase política nos pueda dedicar. Nuestros políticos valen mucho, dinero, pero no son tan relevantes como ellos quisieran. Nuestros investigadores valen poco, dinero, pero les dan mil vueltas, lo quieran aceptar o no, los políticos, con recortes o sin recortes. Lo triste es con éstos últimos llegará algún día que ni investigadores tendremos, porque no veo yo a los hijos de los ricos dedicándose a otra investigación que no sea la de las finanzas de papá.