Corruptores de Alaska, los (USA, 1955)

 

Título original: The spoilers

Año: 1955

Duración: 84 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Jesse Hibbs

Guion: Oscar Brodney, Charles Hoffman

Música: Hans J. Salter

Fotografía: Maury Gerstman

Género: Western

Reparto: Anne Baxter, Jeff Chandler. Rory Calhoun. Ray Danton, Barbara Britton, John McIntire, Carl Benton Reid. Wallace Ford, Raymond Walburn, Dayton Lummis, Willis Bouchey, Roy Barcroft, Ruth Donnelly. Byron Foulger. Robert Foulk. Arthur Space. Harry Seymour. Bob Steele. Eddie Parker. Lee Roberts, Lane Bradford. Frank Chase, Heinie Conklin, Chuck Hamilton, John Harmon. Frank Mills. Charles Morton. John Phillips. Henry Rowland, Jack Stoney. Robert Strong. Charles Sullivan. Frank Sully. Henry Wills, Harry Wilson

 Argumento

En Alaska, año 1899, hay diversos malhechores con corbata, que usurpan a los legítimos dueños de minas de oro, expoliándolos con artimañas legales.
A ello ayudan un abogado corrupto y tres desalmados que se hacen pasar por un juez, su hija y el apoderado.
En medio de todo ello está la dueña del único saloom del embarrado lugar, que está enamorado del atractivo dueño de una de las minas de oro, la próxima que será visitada por el falso juez y al que intentarán arrebatársela.
La lucha está servida.

Entretenido western, algo menor, al menos  en cuanto a ambición, pero bien resuelta.
Es entretenida y resulta amena gracias a la combinación de acción y humor. Acción con luchas a tiros y dinamita, amén de buenos puñetazos. En este sentido lo mejor, con mucho, de la película, está al final, con una dinámica, imaginativa y muy bien filmada pelea a puñetazos en el saloom entre los dos protagonistas masculinos.

 
Es vistosa, con preciosa fotografía a todo technicolor maravilloso de la época, y la ambientación está lograda, con estimable trabajo en vestuario y peluquería, amén de una impecable dirección artística, tanto en interiores como en los exteriores, con esas largas calles embarradas a tope.
Entusiastas interpretaciones, donde sobresale una vez más el gran característico que fue John McIntire.
Una cinta en verdad modesta, pero muy agradable.