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No creo que haya proveedor de telefonoía móvil en España que no haya probado alguna vez, y cierto es que casi todos dejan bastante que desear; pero, sin la menor duda, el premio a lo inaceptable se lo lleva Jazztel.
Su servicio de telefonía móvil prepago, Jazzcard móvil, está rubricado de principio a fin por el engaño, los flagrantes incumplimientos de contrato, la pésima prestación del servicio y, en última instancia, la desvergonzada estafa a los clientes.
Aquí va mi experiencia con ellos, por si puede servir de aviso a navegantes.
Para empezar, cuando quise portar mi número desde otra compañía a Jazzcard/Jazztel, éstos me dejaron varios días sin servicio porque, sin pretexto ni razón alguna, rechazaron mi portabilidad. Por supuesto nadie en atención al cliente supo darme explicación alguna (ya que simplemente no la había) y tuve que poner una reclamación formal para que por fin (también sin explicaciones) me dieran de alta.
Después, y durante todo el tiempo que he estado con ellos, resulta que sus cortes en el servicio son constantes. A veces breves, de sólo unas horas, y a veces de varios días, como fue el caso del 12 de marzo de 2014, con ocasión del cual escribí un artículo informativo para aquellos que quisieran reclamar el descuento al que tienen derecho. Estos cortes suelen afectar con más frecuencia al servicio de datos, pero también a las llamadas y SMS. Algo inaceptable en plena era de las telecomunicaciones.
Otra de las características de Jazzcard móvil es que no ofrecen ningún roaming, y preguntados al respecto manifiestan que no tienen la menor intención de ofrecerlo. Están en su derecho, sí, pero es algo que hoy en día no se comprende y que muchos nuevos clientes no saben. Así que si Vd. tiene pensado salir de España y usar su móvil alguna vez, aunque sólo sea para recibir SMS, no contrate la línea con Jazztel.
Pero lo peor de todo vino recientemente: resulta que yo tengo uno de esos números de teléfono “bonitos” y quizá alguien en Jazztel lo quería para sí o algún amigo, de modo que, valiéndose de una ambigua redacción y libre intrepretación del contrato, y aprovechando una estancia mía en el extranjero, me cancelaron la línea unilateralmente; así, sin más aviso ni comunicación. Simplemente un día fui a hacer login para recargar saldo y resultó que mi usuario ya no existía.
Tuve que bombardearlos con mensajes para que se dignasen a contestarme, en un castellano ininteligible (me pregunto si las respuestas las redactará un programa, no un ser humano), que habían dado de baja mi línea “por haber superado el período de tiempo sin consumo” (pese a que yo hacía las recargas oportunas para evitar esa situación).
En vista de la imposibilidad de razonar con ellos, les solicité que al menos me devolviesen el crédito no consumido tal y como prometen en sus propias estipulaciones contractuales, pero ya no obtuve ninguna respuesta. Igualmente les pedí que, tal como pone en el contrato, me indicaran el plazo legal del que disponía para portar la línea a otro proveedor. Tampoco me contestaron.
Así que no sólo me han robado la línea, sino también el saldo. Ninguna otra operadora antes me había hecho una jugarreta semejante. Ahora tendré que plantear una larga y tediosa reclamación ante la Secretaría de Estado de las Comunicaciones, que supongo ganaré; pero los costes, daños y perjuicios jamás me los reparará Jazztel.
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