Si analizamos con sumo detalle el cuerpo humano, cada cosa cumple una función vital específica. En el caso del cortisol, siendo la hormona del estrés por excelencia, muchas veces se le asocia como una hormona indeseable. La razón se asocia al malestar que el estrés puede ocasionar. Sin embargo, no por ello deja de ser una sustancia de gran importancia para nosotros.
Lo cierto es que el cortisol interviene en todo tipo de procesos y órganos donde, en cierto modo, termina siendo una hormona vital para la supervivencia del ser humano. ¿Alguna vez te preguntaste de dónde viene esta hormona o para qué sirve exactamente? Estas y muchas otras dudas más podrás despejarlas hoy mismo. Esto es todo lo que necesitas saber acerca del cortisol, la hormona del estrés.
¿Qué es el cortisol?
El cortisol o hidrocortisona se trata de una hormona esteroidea o glucocorticoide que se libera en situaciones de peligro donde se requiere reaccionar rápidamente.
Básicamente se trata de una hormona que nos ayuda a mantenernos alerta y, en determinados casos, desencadena una respuesta de huida a modo de supervivencia. Todo ello es posible gracias a un conjunto de procesos metabólicos que esta hormona produce que, como consecuencia, desencadenan un plus de energía.
El cortisol se produce a nivel de las glándulas suprarrenales, más precisamente en la corteza de la misma, en su capa fascicular.
¿Cuáles son sus efectos sobre el cuerpo?
Todos los efectos que produce esta hormona sobre el cuerpo se fundamentan en el principio básico de que esta promueve el incremento de azúcar en la sangre
De modo que, siendo el azúcar la principal fuente de energía del cuerpo humano, esto quiere decir que el cortisol nos permite disponer de más energía para así poder utilizarla en casos de emergencia.
Sin embargo, el cortisol también acarrea otros efectos. Tal es el caso de la inmunosupresión transitoria, la aceleración del metabolismo de las grasas, proteínas y carbohidratos y mucho más. Todo esto es a nivel fisiológico, cosa que a simple vista no se puede denotar en lo absoluto.
Así mismo, esta hormona también produce efectos que son muy fáciles de identificar cuando una persona se halla estresada.
Y es que el estrés, al activar el sistema nervioso simpático, produce todo tipo de reacciones que son las que comúnmente veríamos en una persona nerviosa o asustada.
Lo primero que notaríamos en una persona que se halla en estas condiciones, es que se encontrará temblorosa, con sus músculos tensos, sin capacidad suficiente para razonar, sudorosa y con cambios francos de humor.
En muchos casos el cortisol también puede desencadenar diarrea, dilatar las pupilas, erizar el vello corporal, aumentar la presión sanguínea y mucho más.
¿Para qué sirve exactamente?
Tal como lo hemos venido diciendo, el cortisol es una hormona la cual, si bien ha adquirido muy mala fama en la sociedad, también es muy beneficiosa para todos nosotros siempre y cuando se administre bien, por así decirlo.
Entre sus funciones más fundamentales, tenemos:
- Regula el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas.
- Regula los procesos inflamatorios del cuerpo.
- Mantiene estable los niveles de azúcar en sangre en situaciones de estrés, aumentando la disponibilidad.
- Regula el ciclo de sueño y vigilia.
- Aumenta la energía en situaciones de estrés
- Regula el equilibrio de electrolitos, de la sal y del agua en nuestro cuerpo.
- Contribuye a la memoria y a la concentración.
- Regula la presión sanguínea en determinados casos.
Cabe destacar que una sobreexposición al cortisol puede desencadenar efectos adversos tanto a corto como a largo plazo, afectando así las funciones anteriormente mencionadas.
De modo que, cuando el estrés se vuelve crónico, cada uno de los sistemas van fallando, produciendo a la larga todo tipo de enfermedades, tanto físicas como mentales.
¿Qué órganos se ven influenciados por esta hormona?
Aunque cueste asimilarlo, lo cierto es que el cortisol interviene en cada sección de nuestro cuerpo. De allí que su importancia sea tan vital para nosotros. Entre los órganos y sistemas que se ven influenciados por esta hormona, tenemos:
- Sistema inmunológico: los niveles altos de cortisol predisponen a un debilitamiento de las defensas de nuestro cuerpo. O lo que es lo mismo, una inmunosupresión transitoria, que durará tanto como dure la situación estresante. Por ello es tan importante regular nuestros niveles de estrés.
- Sistema gastrointestinal: tal como lo mencionábamos anteriormente, el cortisol activa el sistema nervioso simpático, el cual a su vez regula el sistema gastrointestinal. De modo que los altos niveles de cortisol en sangre producen una sobre-estimulación del mismo, produciendo indigestión, irritación, inflamación de la mucosa gastrointestinal, reflujo, úlceras, síndrome de colon irritable, colitis y más.
- Sistema cardiovascular: a este nivel lo que se produce es un aumento de la presión arterial debido al estado de alerta que el cortisol desencadena. Como consecuencia de la exposición al cortisol de forma prolongada, se puede llegar a producir infartos y enfermedades vasculares-cerebrales.
- Sistema nervioso: en presencia del cortisol, nuestro sueño se ve afectado, debido a que su acción principal es mantenernos en alerta ante cualquier peligro. Una mala gestión del estrés, como consecuencia, puede afectar nuestra memoria y concentración.
- Metabolismo: se sabe muy bien que el estrés puede llegar a desencadenar obesidad en algunas personas, debido a su efecto de retención de grasa y líquido. Asimismo, recordemos que el estrés agota nuestras reservas de energía, lo cual nos obligará a proveer a nuestro cuerpo de más alimentos. Esto a la larga puede traducirse en un aumento de peso.
- Sistema reproductor: muchos de los casos de infertilidad o de disfunción sexual, se debe en gran medida a las altas cantidades de estrés a las que hoy en día estamos expuestos. Y es que el cortisol, entre sus múltiples efectos sobre el cuerpo, también puede llegar a afectar las hormonas sexuales, entorpeciendo así el ciclo reproductor de las personas.
- La piel: en condiciones normales, los efectos del cortisol sobre la piel son imperceptibles. Sin embargo, en situaciones de estrés crónico, este órgano se puede tornar opaco, reseco, puede haber descamación. En algunos casos, pueden aparecer ciertas enfermedades como el herpes, psosiaris o acné, independientemente de la edad de la persona.
- Otros órganos y sistemas: los niveles altos de cortisol de forma crónica pueden llegar a ocasionar fatiga crónica, enfermedades tiroideas, demencia, depresión, entre otras afecciones más.
¿Cómo contrarrestar los efectos negativos del estrés prolongado?
Los niveles altos de cortisol durante un tiempo muy prolongado, pueden ocasionar todo tipo de consecuencias catastróficas en nuestro cuerpo. De modo que, la mejor manera de evitar estas consecuencias, es regulando nuestros niveles de estrés.
¿Cómo podemos hacerlo? Muy fácil. Tan solo necesitas unos minutos al día y algo de dedicación. Estos son algunos consejos que te pueden ser útiles en beneficio de regular tus niveles de estrés:
- Adquiere una dieta sana: una dieta sana y equilibrada te ayudará a regular tus niveles de azúcar y a disminuir los efectos del cortisol en situaciones de estrés.
- Realiza actividades físicas: sin duda alguna, una de las mejores maneras de disminuir los niveles de estrés. Además de ello, también te ayudará a reducir tu grasa corporal y a fortalecer tu sistema inmune.
- Practica la meditación: te ayudará a controlar tu respiración, a organizar tus pensamientos y a obtener un enfoque distinto sobre las cosas, evitando así ser víctima del estrés innecesariamente.