Montar en bicicleta es un hobbie o deporte con multitud de beneficios y aspectos positivos para nuestras vidas. Sin embargo, conozco muchos amigos que han tenido problemas con sus parejas porque los domingos por la mañana prefieren salir con la bicicleta a probar una nueva ruta en lugar de permanecer en casa o hacer alguna otra actividad con su pareja. ¿A quién no le ha pasado en alguna ocasión?
Para casos como el descrito, que tu pareja también monte en bicicleta es una gran noticia. Entenderá mejor tus ansias por entrenar o tu deseo de salir con la bicicleta. Probablemente, la otra parte tendrá una sensación muy similar en multitud de ocasiones, de manera que será más fácil que te comprenda. Incluso, es probable que acabe dejando lo que esté haciendo y vaya contigo a entrenar en esa fría mañana de domingo.
A raíz de esta reflexión, me ha resultado muy interesante un artículo que trata de explicar, en primera persona, aspectos positivos como el que os acabo de describir. Y también otros negativos, que cuenta en este caso Verita Stewart, en la revista CyclingTips.com Esta deportista desgrana los aspectos positivos de su relación con otro amante de la bicicleta, aunque también profundiza en las cosas menos buenas (que también las tiene). Vamos con ellas.
Motivación para montar en bicicleta
Cinco de la mañana. Está lloviendo y fuera hace un frío que ni el mejor aislante térmico conseguirá que olvides. Apagas el despertador y realmente dudas si saltar de la cama o dejar el entrenamiento para otro momento. En ese instante, tu pareja se levanta como un resorte y te anima: “Vamos… ¡A entrenar!” El ciclismo tiene sus momentos satisfactorios, pero para llegar a ellos, en ocasiones, hay que hacer un esfuerzo. Si en esos instantes cuentas con una pareja que te motiva en momentos de debilidad, te será de mucha ayuda para seguir entrenando en bicicleta.
Compañía al entrenar en bici
En línea con lo anterior, el hecho de tener una compañía durante el entrenamiento también es un aspecto positivo. Resulta difícil convencer a un amigo para que pase contigo cinco horas sobre la bicicleta. Con una pareja que también sea ciclista te será más fácil.
Comprensión
Cuando llegas cansado de una sesión de entrenamiento, puede que no tengas ganas absolutamente de nada. Para estas situaciones, resulta positivo tener una pareja que haya padecido esa misma sensación. Entenderá mejor tus momentos de estrés, derivados del esfuerzo realizado. Si tu pareja no es ciclista, puede llegar un viernes por la noche en el que tú estés realmente cansado de entrenar, mientras que la otra parte quiera salir a cenar o a tomar algo. En este tipo de situaciones es más fácil encontrar comprensión en una pareja que también entrena.
Vacaciones en bicicleta
Si adoras la bicicleta, probablemente quieras tener unas vacaciones en donde este elemento sea parte fundamental de tu tiempo de ocio. Buscar rutas juntos o zonas específicamente diseñadas para el disfrute de los ciclistas, hará que sea más fácil compatibilizar los intereses de una pareja en donde ambos sean amantes de la bicicleta.
Sentimiento de culpabilidad
El sentimiento de culpabilidad al comprar una bicicleta cara, o un accesorio de cierto valor es menor. Tu pareja ciclista lo entenderá mejor. Por otro lado, no te sentirás culpable si alargas una carrera durante el fin de semana, porque tu pareja probablemente lo entenderá. Son muchos los amigos que, en medio de una sesión o ruta, se marchan porque les están esperando, y no pueden completar la jornada de bicicleta al completo.
La parte mala de tener una pareja ciclista
En primer lugar, se puede crear una atmósfera negativa en momentos en donde se desatan discusiones en torno a las debilidades o fortalezas de cada uno sobre la bicicleta. Tener diferentes rutas u objetivos mientras se entrena también puede resultar negativo, al tener que amoldarse el uno al otro. Puede que hubieras planeado una ruta de tres horas, que tengas que dejar en una y media, si tu pareja está siguiendo otro entrenamiento y desea parar en ese momento.
Otro problema de que las dos partes de la pareja sean ciclistas es el espacio. Un ciclista necesita sitio para su ropa, complementos, bicicletas,… ¿Te imaginas necesitar el doble de espacio para ambos? En este sentido, ocurre algo parecido con la casa, que estará repleta de bicicletas por todas partes. Un desorden que a veces también puede generar conflictos.
Un último aspecto negativo de tener pareja ciclista es la gran cantidad de presupuesto que tenemos que destinar a alimentos para deportistas. El hecho de cuidarnos y prepararnos para la actividad deportiva, conlleva también una nutrición muy específica, que no es barata.