Tengo muchos posts atrasados que espero poder escribir pronto. Necesito tiempo y ahora no lo tengo ni en el trabajo ni en mi vida personal, pero todo se andará.
Ahora escribo porque ayer ha ocurrido de esas cosas que no te quieres olvidar en la vida y que soy muy dada a ello, razón por la que tengo blog. [Y porque la app del móvil me lo permite con cierta facilidad]. Así que voy a titular a esa serie de cosas “Cosas de Bebé Fúturo”.
Siempre que Bebé Fúturo llora procuro calmarle con lo que más le gusta y esto son las “palmas palmitas”. Él aplaude enseguida entusiasmado y se le pasa todo el cabreo del mundo.
Ayer, ante una fechoría de las suyas me mostré enfadada y disgustada con él y después de analizar la situación…
¡¡Palmas Palmitas!! Que me tocó con cara de “ríete conmigo, Mamá”.
Papá Fúturo fue incapaz de disimular la risa y se agarró a eso para insistir (igual que le insisto yo cuando no se le pasa igual de rápido su enfado).
Me mostré firme ante el disgusto, pero aquí y ahora confieso que me ha costado mucho no estallar en carcajadas.
Lección: tener una reacción acorde a la que espero que tenga cuando esté llorando por un disgusto.