Revista Belleza

Cosas de las que hablar con adolescentes (o no tanto) II: ¿Hay emociones NEGATIVAS?

Por Gadirroja
Cosas de las que hablar con adolescentes (o no tanto) II: ¿Hay emociones NEGATIVAS?

Por deformación profesional, cuando veo ciertas afirmaciones erróneas que se siguen propagando, me enfado un poco. A pesar de que en EDUCACIÓN EMOCIONAL se ha dicho muchísimas veces que NO hay emociones negativas, este discurso sigue calando en nuestro lenguaje e incluso me lo encuentro en materiales para usar con niños y niñas en los coles, o con adolescentes en los institutos.

Como, más allá de la docencia, la educación emocional nos implica a todos y todas, permitidme que profundice un poquito más.

¡Vamos al lío!


¡Que no, que no! A pesar de que ya existe otro discurso, en educación emocional se sigue afirmando, a veces, que la TRISTEZA, el MIEDO y la IRA son emociones “negativas”. Y esto no solo es cierto sino que nos hace incurrir en errores a la hora de gestionar, asimilar y vivir nuestras propias emociones.

Las emociones NO SON positivas ni negativas porque tienen un papel ADAPTATIVO. Ayudan a nuestra supervivencia. Hace miles de años, en un entorno mucho más hostil lo hacían de una manera diferente, donde es mucho más fácil comprender cómo ayudaban a nuestra propia vida. Imagina una familia de nómadas prehistóricos viviendo en cuevas. El miedo que sentían hacia el rugido de un oso o la ira hacia un vecino que le robaba la comida eran ABSOLUTAMENTE NECESARIOS, en términos de vida o muerta.

Hoy vivimos en una sociedad con muchísimas más comodidades y por eso, nuestras emociones no son tan intensamente “al límite”, pero siguen teniendo ese papel.

Imagina que NUNCA TE ENFADARAS. Siendo así, seguro que en tu trabajo, familia o relaciones sociales la gente terminaría abusando de ti. No necesariamente porque la gente sea abusona (aunque en algunos casos, también) sino porque – todos lo hemos hecho en alguna ocasión – a veces, si sabes que alguien no protestará…es muy fácil dejarle caer “el marrón”.

Lo mismo sucede si NUNCA SINTIERAS MIEDO. A mis alumnos/as les pongo siempre dos ejemplos que creo que son muy gráficos: si una persona que conduce no siente miedo nunca, en ninguna circunstancia…es un kamikaze. Si una familia que está criando un bebé no se asusta cuando el bebé enferma y no reacciona (llevándolo al médico, dándole medicación…)…imaginad las consecuencias. También la TRISTEZA tiene un papel adaptativo, algo más complejo pero me gustaría dejar estas tres emociones para dedicar a cada una de ellas una entrada.

Sí vuelvo a retomar, para despedirme, el tema de la ADAPTABILIDAD. No hay emociones malas ni buenas, pero sí pueden ser DESADAPTATIVAS. En los ejemplos anteriores hemos visto cómo estas emociones son necesarias, pero, ¿qué ocurre cuándo no lo son? ¿Qué ocurre cuando el miedo nos paraliza y no somos capaces de coger el coche para ir al trabajo? ¿Cuándo nos invade la tristeza de tal manera que perdemos las ganas de hacer (casi) nada? ¿Cuándo la ira hace que digamos cosas o tengamos conductas de las que luego nos arrepentimos? Ahí es donde estas emociones a veces son DESADAPTATIVAS. INADECUADAS. NOS PERJUDICAN EN LUGAR DE AYUDARNOS. Y de eso podemos, si os parece, hablar y profundizar en diferentes entradas más centradas en cada una.


Cosas de las que hablar con adolescentes (o no tanto) II: ¿Hay emociones NEGATIVAS?

¿Te parece interesante este tema?

¿Te gustaría profundizar en las emociones básicas?

 ¡Besos!


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