¡Qué sorpresa al ver en el hipermercado de turno un pasillo entero dedicado a libros de vacaciones para nuestros hijos! Y es que había libros de todas las editoriales, colores, asignaturas y edades. Y eso fue lo que más llamó mi atención: libros de "repaso" a partir de 3 años... Pero como todo es muy pedagógico y muy educativo a la vez que entretenido y superdivertido... Qué pena me dieron todos los niños a los que se obliga a hacer deberes en verano con un horario establecido y porque sí.
Y se me viene a la cabeza algo que leí en un libro de Rosa Jové (Una Crianza Feliz): el que un niño tenga que hacer deberes en verano para que no olvide lo aprendido durante el curso y no pierda el hábito del estudio es como si los adultos tuviéramos que dedicar durante nuestras vacaciones anuales un par de horas al día a hacer lo que hacemos en el trabajo para que no se nos olvide y no perdamos el hábito...
Yo, lo siento, pero si estoy de vacaciones, quiero descansar! Y mis hijos, si están de vacaciones, pues a jugar y a ejercer de niños, que bastante les obligamos ya tantos meses a levantarse temprano y seguir nuestro ritmo de adultos.