siempre que viajo a un sitio que ya conozco intento visitar algo que no haya visto, en roma hay mucho donde elegir pero en esta ocasión tocó ir a villa d'este y villa adriana, en tívoli, a 31 km al nordeste de roma. el día estaba despejado aunque hacía mucho frío, supongo que es mejor hacer esta excursión en primavera pero también tenía su encanto así, sin el bullicio de los turistas de roma. empecé visitando villa d'este, un antiguo convento transformado en palacio, con unos jardines perfectos para pasear, eso si, con bastante desnivel y muchísismas escaleras, las fuentes son lo que más llama la atención, una de ellas a las 12.30 toca el órgano, también hay grutas, cabezas de seres extraños arrojando agua, esculturas,...un lugar perfecto para olvidarse de todo.
a continuación después de esperar como 40 minutos al bus que iba a villa adriana y un trayecto de unos 25 minutos entre el bus y el camino que hay que hacer llegé al destino, la residencia veraniega del emperador adriano, un lugar muy evocador, que aunque no se encuentra en perfecto estado si que te da una idea de como era la vida de en la época de adriano, por el que es un lujo pasear y que curiosamente está lleno de olivos que recolectaban un par de personas, dándole un aire muy entrañable.
de la visita destacaría el canopo, en la imagen superior, un paisaje que te traslada a la época del grand tour, pues se tiene esa sensación de ser un viajero del s. XIX que llega un espacio aún por descubrir. otro punto clave del paseo es ver el teatro marítimo, una isla artificial rodeado de columnas, un lugar que invita a soñar con la vida en la época romana.
muy recomendable!