He dudado en escribir este post, pero creo que es importante que algunas personas entiendan las repercusiones que pueden tener algunas frases o comentarios que malintencionados o no, provocan sentimientos negativos que pueden llegar a evitarse. Dicho esto, no he podido resistirme y he necesitado compartir con vosotras una opinión personal, como madre y no como bloguera.
Desde que abrí este blog hace más de un año, todo han sido alegrías. Incluso sabiendo que me expongo libremente a la opinión de tantas mujeres con las hormonas revolucionadas, tengo que admitir que todas las que me seguís sois unas personitas maravillosas que me alegrais los días lluviosos como hoy. Pero de vez en cuando, se cuela por ahí algún comentario que molesta y que preferiría aclarar sin darle más importancia que la que realmente tiene.
En el post anterior a este, una seguidora me decía lo siguiente (copia literal):
“el niño esta demasiado delgado para tener 9 meses creo que deberias darle algun suplemento porque parece enfermo. llevalo al pediatra”
Mi primera reacción fue de sorpresa, en todo este tiempo me han dicho muchas cosas de Ares: “que si tiene las manos grandes, que si es extremadamente gracioso, que si tiene mucho carácter, que si es un bebé seriote (lo que le pasa es que es muy selectivo con quien decide reírse a carcajadas), que si es un bebé muy largo, que si tiene unos ojos preciosos, que si tiene la cabeza redonda, que si tiene los hoyuelos de su padre”, etc.. pero lo que nunca me habían dicho es que “parece un niño enfermo“.
Sin duda, me parece un comentario ofensivo, y más teniendo en cuenta que viene de una mujer que no ha visto a mi hijo más que en un par de fotografías. Además, se aventura a decir que el niño está “demasiado delgado” a lo que yo inmediatamente pensé (a lo mejor esta señora está “demasiado gorda” y se piensa que el resto somos los raros), pero me contuve y le agradecí amablemente su consejo.
Dicho esto, e insisto, no me gustaría darle más importancia de la que se merece, creo que amigas mías, estas cosas no se hacen. De la misma manera que a mí nunca se me ocurrirìa decirle a una madre “oye, tu hijo es demasiado feo” o “tu hijo es demasiado gordo” y otras cosas de este estilo, deberíamos de aprender a ser un poco más cautos antes de prejuzgar a nadie. Sí, ya sé que opinar es gratis, pero oye, ¡tener un poco de educación también!. Y a menos que seas su madre (a ellas no nos queda más remedio que perdonarles todo), su amiga del alma o una especialista en el tema de la pediatría, psicología, endocrinología y otras tantas dignas profesiones acabadas en “ía” que saben hablar con propiedad… ahórratelo. Seguro que harás un bien a la humanidad y evitarás que muchas mamás se enfurezcan.
Así pues, mi pediatra, un hombre dedicado a la profesión desde hace ya más de 40 años y que le visita rigurosamente cada mes desde que nació, asegura que “este niño está en unas condiciones perfectas”. A mí también me lo parece.
¿Y vosotras como lo véis? ¿Creéis que tiene cara de enfermito?
Ares con 8 meses