Este fin de semana pasado ha sido un poco raro. El sábado era fiesta en Cataluña, es el día de la Diada y, al estar todo cerrado, es como un domingo. Así que ha sido un fin de semana de dos domingos...
El sábado, queríamos acercarnos al Parc de la Ciutadella, donde tenía lugar una feria de libros en catalán y, además hacían muchas actividades para niños. Pero no conseguimos hacer ni la mitad del camino. Pasamos por una calle donde había un parque infantil y Alex se quiso quedar allí.
El parque está en una zona de la ciudad que no podríamos decir que sea una zona muy exclusiva. Se trata del Raval, que aunque hay mucha gente que reivindica que es un barrio que ha mejorado mucho, siempre ha sido una de las peores zonas de Barcelona...
Bueno, pues allí nos quedamos, en el parque. Al rato de estar allí vino un crío más pequeño que Alex y, no se porque, pero se debieron caer bien y "se pusieron a jugar" con la arena. De golpe el crío se va, sale del parque, coge algo del suelo y vuelve hacia nosotros... Empiezo a sospechar lo que trae en la mano.... Y, efectivamente, cuando llega a donde estábamos nosotros, traía una mierda de perro seca en la mano...
Por suerte aparté a Alex que iba directa a cogerla. Me gire para mirar al padre ( supongo que era el padre ) del crío y me lo veo fuera del cercado del parque y tan feliz. Le digo que el crío a cogido una caca de pero y me dice que ya. Y nosotros flipando... El tio pasa completamente de que su hijo vaya jugando con mierdas de perro, ni siquiera se acerca para limpiarle las manos ni nada....Esta claro que, para este padre, lo que no te mata te hace más fuerte.
Pasado ya el sábado, el domingo tampoco es que fuera mucho mejor. Fuimos a otro parque, este más cercano a casa. Está muy bien porque tiene columpios para bebes y un tobogán pequeño y no suele haber mucha gente. Bueno, pues el domingo fue el día de los accidentes... Y por partida doble!!!
Primero, Alex se cayó del columpio, pero no del de bebe, sino del normal. La estábamos vigilando, pero como no para atención a lo que hace, se soltó de una mano, empezó a hacer el tonto y... plof, al suelo...
Por suerte no se hizo daño.
Después, más de lo mismo con el tobogán, que si me tiro no me tiro, papa que está en el columpio y... escaleras abajo rodando!!! Por suerte son muy bajitas y cayó a cámara lenta, pero esta vez se hizo algunos pequeños arañazos... Lloró un poquito pero se le pasó rápido y al poco ya estaba jugando otra vez.
Por suerte todo a quedado en pequeños sustos. Creo que Belén tiene toda la razón y los niños a partir de los 2 años se vuelven más "accidentable"... También es cierto que, tras unos cuantos accidentes y sustos, yo ya lo llevo mejor y no me siento tan mala como la primera vez...
¿ Que tal lo lleváis vosotros/as ?