Me incorporo hoy al trabajo después de tres estupendas semanas de vacaciones. Me he dedicado básicamente a pasar horas y horas entre la playa y la piscina, a comer por encima de mis posibilidades, a dormir siestas de dos horas, a leer algún libro que tenía aparcado, a pasar tiempo con la familia y amigos… ¡Qué vacaciones más buenas! He descansado muchísimo y he disfrutado un montón de los míos.
Pero se acabó, hoy estoy de vuelta en la oficina intentando tomarme con calma la pila de correos sin leer, las tareas pendientes, las planificaciones y reportes que me esperan… Curiosamente no vengo con pereza, no es que tuviera ganas de volver (¡no!) pero no lo llevo mal del todo (ya os diré en tres días cómo estoy, cuando el halo zen y la sonrisa post vacacional desaparezcan…).
Recupero otra lista veraniega en estas reposiciones de agosto, la última por mi parte. ¿Alguna situación embarazosa este verano? Yo este año he sorteados los buffets con bastante dignidad: Descubrimientos sorprendentes y situaciones embarazosas