Ha cosas que uno debe grabarse con fuego en la piel para que nunca se olviden. Así, si uno cree en sí mismo es increíble lo que puede llegar a conseguir. Y si hacemos que otros crean en sí mismo y sus posibilidades, éstos lograrán cosas extraordinarias. No se debe olvidar que la felicidad está entre el camino que no vemos y el que estamos pisando, y la confianza en uno mismo nos aclara las direcciones a seguir en cualquier encrucijada. También debemos marcarnos en la piel que cuando vamos borrando de la memoria los valores que aprendimos en la escuela y creamos los nuestros propios es cuando estamos aprendiendo y educándonos. La Verdad, ya saben, es relativa. Y debemos llegar a esa relatividad sobre los tópicos del Universo social y mental humano. Finalmente, de nada sirve lo anterior sin esfuerzo, no ya con la fuerza o inteligencia, sino con la determinación y en ocasiones con bastante sufrimiento ya sea mental o incluso físico. Nuestro potencial está ahí escondido y ocultos entre amasijos de pensamientos negativos y sin remedios, y sacarlos de ahí requiere un gran esfuerzo. Hay que grabarse los grandes pensamientos positivos en la frente, como se dice, para leerlos cada mañana en el espejo y que nunca se nos olviden. El ser humano es pensamiento, pero no pensamiento mísero ni olvidado.