Los secesionistas han logrado el apoyo moral de mucha gente que defiende su derecho pero penaliza a los que criticamos con argumentos. Evidentemente no me dirijo a los independentistas históricos, quienes llevan toda la vida haciendo su trabajo de raca, raca; el problema se plantea pensando en gente de izquierdas que prestan su apoyo emocional a la secesión, como si se tratara de una postura progresista. ¿Ustedes recuerdan huelgas obreras, en las fábricas o tajos que fueran financiadas por la Generalitat, o los gobiernos de turno en cualquier país? Recuerdan durante la transición las luchas callejeras por la democracia, amnistía y Estatut de autonomía, siempre recibiendo cargas brutalmente la poli, coces de los caballos, porrazos, chorros de agua, carreras, detenciones, despidos, pelotazos de goma y a veces balas de verdad…
Recientemente veíamos manifestaciones de movimientos sociales, de las mareas, la indignación allí en Barcelona, recibiendo palos por parte de la policía catalana, dirigida por la actual élite independentista, que poca permisividad existe para según qué cuestiones.
Mientras unos, los secesionistas, se
organizaban y movilizaban, los otros miraban, consentían y callaban; en ese
otro grupo, al menos la mitad de los catalanes, el gobierno español, millones
de españoles, entre ellos miles de intelectuales, escritores, filósofos,
sociólogos, catedráticos, profesores, miles de empresas, decenas de partidos y
sindicatos, fundaciones, etc. etc. Muy poca gente en este país ha
contra-argumentado a los argumentos secesionistas en los últimos años, no conviene enredar, mejor no provocar, decían, mientras
tanto las mentiras se extendían y sumaban gente no independentista al proceso,
así engordaba el movimiento a favor de la independencia recogiendo todo lo contra, lo antisistema, la
indignación y desesperación anticrisis, los movimientos sociales catalanes
fueron engullidos y desaparecidos,… Naturalmente que los independentistas
tienen todo el derecho del mundo a decir lo que quieran y a manifestarse,
¡estaría bueno que alguien opinara lo contrario! Pero, el resto también tendría
el mismo derecho.
Rajoy se reúne con algunos líderes
políticos, resulta que ahora la amenaza de crisis independentista les parece
creíble, lo cual hace todavía más clamoroso el vacío de años anteriores la
falta de debates parlamentarios no celebrados estos años de atrás que hubieran
sido imprescindibles; como lo hubiera sido desarrollar estudios de contra
argumentación económica, política e ideológica, hablar, escribir, por todos los
medios… expandir cifras y datos en Cataluña y resto de España… planes
diplomáticos hacia el exterior, estudio de posibilidades legales de encajar sus
pretensiones. Mientras los independentistas hacían su trabajo. Tras la
sentencia sobre el Estatut se empiezan a conocer estudios, posteriormente se
van haciendo públicos minuciosos planes
de construcción de un estado independiente, sin que gobiernos central y
autonómicos, parlamentos central y autonómicos, partidos, sindicatos… dijeran
algo de similar calidad y cantidad.
Y lo más importante, puesto que se
trata de una desafección visible en el conjunto de España, al margen de la
utilización electoral que todos harán de las reuniones actuales para lograr
votos, lo que está poniendo en evidencia la situación que vivimos, es la
carencia que ha existido de planes, intenciones y acciones políticas de largo
plazo en la generación de un patriotismo democrático, lo cual evidentemente supondría luchar contra la corrupción,
contra la crisis institucional, contra las desigualdades, por salidas a la
crisis económica diferentes, por implementar planes urgentes contra el paro,
etc. etc.
El problema fundamental que tenemos
es España y no Cataluña, evidentemente el pacto social y el fondo estaba
pintado en la Constitución, pero pocos se preocuparon de darle suficiente
contenido mas allá de las leyes, los partidos políticos, sindicatos,
instituciones, intelectualidad… no supieron o no creyeron necesario impulsar
desde ese momento un relato común colectivo, ilusionante e integrador de
amplias mayorías y no excluyente de media España. A partir de esa vaguería y
falta de preocupación, los nacionalismos periféricos durante años han ido
creando en su territorio, un relato colectivo nacional, que para ser eficaz
oponían a lo español.
Es imposible considerarse patriota mientras
los símbolos son propiedad de los fachas, todavía hay gente que toma a broma
los vínculos de la bandera y Tejero, o de forma similar con grupos fascistas,
ello rompe toda posibilidad de integración colectiva; hay gente que quiere
imponer y obligar, a amar los símbolos, como los machistas, lo cual destroza la
posibilidad de convivencia. Imposible considerarse patriota mientras en las
cunetas siguen los muertos y en las calles y plazas los nombres de golpistas;
es necesaria una educación para la ciudadanía en las escuelas que extienda un
sentimiento común vinculado al laicismo, la democracia, la libertad, igualdad,
fraternidad, nadie quiere sumarse a un proyecto plagado de personajes de élite
corruptos, la impunidad y el capitalismo de amiguetes son armas antipatrióticas
(salvo en Cataluña). Todo país que se precie de querer construir un futuro
colectivo nunca cederá la enseñanza, lo paradójico es que algunos defienden a
capa y espada esta máxima, pero solo para ellos. La enseñanza en manos del
gobierno catalán es una fábrica de infantes independentistas amantes de
esteladas que irán en aumento a cada generación inoculados con el virus de
xenofobia y el odio a lo español. Y no, esto no es más progresista.
¿Alguien imagina hoy en la puerta
del Congreso una foto de altos cargos del PP y PSOE arropados por cientos de
alcaldes enarbolando sus bastones de mando alrededor de Rato para apoyarle por
sus problemas con la justicia? La foto la vimos en Barcelona hace pocos días,
por cierto publicada en los medios de prensa habituales, poco comentada en los
medios y redes progresistas, ¿para no provocar? La entrevista de Rato con el
Ministro de Interior llenó las redes sociales de comentarios, la de Mas con
Pujol en estos días antes de la última inspección a la familia y a las sedes de
CiU, solo ha recogido la negativa de Mas a informar de ella por, ‘carecer de interés’. Serán unos
cabrones, pero los catalanes sienten que son sus cabrones, eso puede explicar
la tradicional permisividad soberanista con las mafias catalanas.