Durante mi periplo vacacional tuve la suerte de estar unos días en Cardiff, ciudad de la tierra de Gales donde el frío y las lluvias arrecian sin cesar cual monzón en la India.
Entre las muchas cosas que hice (visita de castillo, tiendas varias y turisteo) está el ir a la ópera gracias a la invitación de Juan ¡Muuuchas gracias!. La obra en cuestión, como bien refleja el título de la entrada es Cosi fan tutte, también traducida por Así hacen todas o La escuela de los amantes. Dicha obra tiene la música del maestro Mozart y el libreto de Lorenzo da Ponte. Ambos artistas colaboraron en tres ocasiones, las otras dos fueron Las bodas de Fígaro y Don Giovanni.
Cosi fan tutte se estrenó en Viena en el año 1790, consta de dos actos y tardo algunos años en encontrar la tan merecida popularidad mundial. Dicho retraso se atribuye al gran cinismo y misoginia de la obra, ya que las mujeres no acaban muy bien paradas.
El argumento principal de la obra es la fidelidad de la mujer así como su compromiso. Está ambientada en un pueblo costero de Inglaterra y como protagonistas tenemos a Guglielo y Ferrando, a sus respectivas prometidas y a su vez hermanas, Dorabella y Fiordiligi, a Don Alfonso y finalmente a Despina, una trabajadora del local que regentan las hermanas. Los dos hombres (escribir estos nombres tan rebuscados es un tanto rollo) extasiados de amor por las hermanas, cantan a los cuatro vientos lo maravilloso que es amor y el sentirse correspondido. Don Alfonso, amigo de ambos, es bastante más escéptico y quiere hacerles ver que el amor de las mujeres es efímero. Para corroborar la afirmación en cuestión hacen una apuesta: Harán creer a las mujeres que sus prometidos se irán a la guerra con la consiguiente incertidumbre de si volverán con vida o no. Pero al poco tiempo, aparecerán en sus vidan representando el papel de otros dos hombres completamente distintos con la idea de cortejarlas y lo que surja. Pues bien, la maniobra se lleva a cabo, y como era de esperar, las mujeres se pegan un disgusto monumental mientras lloran sin cesar. Según con lo previsto, los supuestos soldados irrumpen en la vida de las compungidas novias como si fueran personas diferentes. Claro está que al principio, ambas se resisten dignamente y no quieren saber nada de ellos, así que Don Alfonso se pone manos a la obra y decide tener como aliada a Despina, la chica que convive con ellas. Despina obtendría también su recompensa económica si todo se resuelve con éxito claro está. Después de varios encuentros y muertes simuladas, las mujeres van sucumbiendo a las artes seductoras de los "nuevos" pretendientes, con el consejo de Despina, la cual les alienta al idilio. Total, que al final caen como moscas y deciden casarse, pero hay un problema, las chicas se enamoran del otro, no de su prometido original. Durante la ceremonia, los novios se ausentan y adoptan sus auténticas personalidades. Cuando las chicas los ven, disimulan todo lo que pueden mientras entran en estado de shock. Al final, la decepción domina toda la situación y los cantos al amor se sustituyen por los de resignación y culpa.
Esta obra me ha gustado enormemente. Gran parte del éxito lo tienen los artistas que representaron la obra y el diseñador Max Jones.
Lo dicho, una agradable y diferente velada para los amantes de la ópera.