Voluntad, constancia, perseverancia, optimismo y un afán de superación constantes. Estas son algunas de las características que podemos destacar en Marcial Cosme, un joven veinteañero estudiante de biología que tiene tantos proyectos como ambiciones y ganas de explorar nuevos horizontes. A simple vista un chico normal, pero poco a poco, si obviamos lo extraordinario de su carácter, nos damos cuenta de que Cosme es un chico algo especial.
Infoactualidad: No hace falta decir que eres un ejemplo de superación, no te dejas limitar por tu discapacidad, tú mismo le restas importancia, aunque supongo que habrá ciertas cosas que no puedas hacer…M.C: Para mí, un discapacitado no es físico, sino psicológico. Es mucho más fácil decir “no puedo, házmelo” que hacerlo 100 veces y cuando de verdad vea que no puedo solo, entonces te pida que me ayudes.
I: Hablar de discapacidad genera cierta confusión porque existen distintos tipos, así como diversos grados. De la misma manera que existen también distintas personas, que tienen diferentes formas de afrontar sus limitaciones, Marcial ¿qué puedes contarme de tu caso en concreto?Marcial Cosme: En teoría mi discapacidad es la falta de cuatro dedos en la mano izquierda y la pérdida de sensibilidad.I: En España existe una legislación al respecto que otorga distintos grados de discapacidad en función de las limitaciones que esto suponga para la persona. ¿Cúal es tu grado acreditado?M.C: Al nacer me otorgaron el mínimo posible, que es un 33%. Aunque tengo entendido que no está bien estipuladoI: ¿Qué dificultades te crea este grado de discapacidad a la hora de desenvolverte en tu día a día…?M.C: Nací con ella y estoy totalmente acostumbrado a mí discapacidad. Es mía, es más, no sería nada sin ella. Es verdad que hay cosas que me cuesta más hacer, pero te adaptas diez veces más rápido de lo que lo haría una persona que se enfrentara a esta discapacidad ya en la edad adulta.I: Además, hablando con un amigo tuyo, el rasgo que más destaca de ti es tu gran sentido del humor y la naturalidad con la que superas todos los obstáculos que se te plantean. Pero ¿siempre ha sido así, o hubo alguna etapa de tu vida en que te acomplejaras?M.C: Al principio, cuando eres pequeño te lo tomas peor, porque los niños son muy crueles. Pero al final, tienes dos maneras de afrontarlo, tomártelo a pecho y luchar con ellos o llevártelos a tu terreno. Y a mi me gusta más llevármelo a mí terreno, una broma rompe mucho mejor el hielo que una conversación formal. Aunque hay quien dice que lo mío no es humor, sino humor muy negro, pero a mí me gusta.I: ¿Podrías darme algún ejemplo de ese humor negro del que me hablas, algún chascarrillo o sobrenombre que tengas con tus amigos quizás?MC: (risas) Sí, claro, entre mis amigos soy “El manco”.I: Veo que eres totalmente independiente, pero aun así habrá momentos en los que necesites algo de ayuda, como futuro biólogo te pasarás horas en el laboratorio, quizás aquí, o quizás en alguna otra área en la que lo tengas más difícil.M.C: Siempre es lo mismo, los profesores me dicen “contigo habrá que adaptarse”. La palabra clave es esa, “adaptarse”; hay muchas cosas que están hechas para gente “normal” entonces para quienes tenemos algún problema es más complicado. Pero tienes que adaptarte. No está mal que te ayuden un poco a veces, pero tienes que hacerlo tú solo, te tienes que adaptar.Recuerdo en un campamento al que fui hace unos años, estaba intentando cortar un filete con tan mala suerte que éste salió volando al plato del profesor. Me lo puso en el plato y me dijo: “¿Te lo corto o quieres volver a intentarlo?”. Eso es lo justo. Hay que volver a intentarlo y si fallas siempre habrá alguien que te eche un cable, pero nunca de primeras.I: ¿Y cuentas con un instrumental especial adaptado a tus necesidades o no te hace falta?M.C: Sí que necesitaría algún instrumental, pero hay que apañarse como todo el mundo. Recuerdo una vez en microbiología que la profesora me pilló sujetando los útiles con la boca El caso es que aparte de la apropiada regañina, recibí la felicitación, no solo suya, sino del resto de mis profesores por terminar siempre antes y hacerlo mejor que mis compañeros.I: Vamos que para ti el ‘no puedo’ no existe…M.C: Cuando era pequeño, mis padres eran muy insistentes con esto, para mi madre el querer es poder y el ‘no puedo’ en realidad es ‘no quiero’.I: Volviendo a tus estudios de biología, debe ser muy vocacional ya que con veinte años no solo has hecho prácticas, sino que también has participado en alguna expedición…M.C: Sí, fue genial . Conseguí irme en un buque oceanográfico a una expedición a Mallorca. Fue una experiencia increíble, mucho trabajo, pero fue genial. Llevo queriendo ser biólogo desde que vi “Parque Jurásico” cuando era pequeño.I: Y la experiencia te debió de gustar mucho porque creo que estás intentando repetir, ¿no es cierto?M.C: Sí, (risas) estoy detrás de algo a ver si sale otra expedición, de la que, por el momento, no puedo hablar.I: Por si fuera poco creo que también te traes entre manos un negocio algo ‘espinoso’ por decirlo así. ¿Qué es eso de que quieres montar tu propia piscifactoría en Perú?MC: Acabo de volver de Galicia de trabajar en una piscifactoría, no es mi objetivo principal pero siempre puedes obtener información interesante. La información siempre es útil. Da igual que sea en Perú o en cualquier otro sitio donde te den algo de cancha, porque aquí en España no hay manera. O pones tú la pasta, o nada. I: ¿Y por qué Perú?M.C: Tengo un amigo que se fue por motivos económicos y me invitó a pasar un mes con él. Así que pensé que en vez de pasar un mes allí, podía montar una piscifactoría, tomarme un año sabático en la universidad y tirar adelante. Me iría con un convenio internacional.I: Para terminar, a modo de curiosidad me gustaría que me contaras, porque he visto que has venido conduciendo, cómo es la experiencia de sacarse el carnet de conducir, para alguien en tu situación.M.C: Puff, pues si no pasé por diez tribunales distintos…Primero viene un médico, dice que con tu discapacidad no puedes conducir, luego viene otro y dice que sí… Las votaciones se anulan y tienes que volver a empezar. Estuve un año de tribunales solo para concretar si podía sacarme el carnet o no. Y estoy temiendo la renovación, los discapacitados renovamos el carné cada cinco años en vez de cada diez, entonces tenemos que volver a pasarlo todo. Los médicos tienen que cerciorarse de que esa minusvalía no haya ido a más. Aunque en mi caso lo veo difícil, a no ser que se me caigan más dedos (risas).
http://ccinf.cxiome.es/infoactualidad/index.php/en/tu-universidad/discapacidad/discapacidad/1002-cosme-mi-discapacidad-es-mia-sin-ella-no-soy-nada
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.