Cospedal

La Sra. Cospedal se ha lucido en Twiter, es lo que tiene las redes sociales para quienes contamos con cierta edad y las novedades nos vienen un poco anchas; de todos modos no me gusta el tono de la lideresa popular, que parece impartir lecciones a alumnos de escasos recursos intelectuales con una empatía más bien escasa, cada vez que se coloca frente un micrófono. La cúpula del partido en el gobierno está manchada con la sombra de la corrupción, de un tesorero encarcelado y de un presidente que envía mensajes de ánimo a un recluso. No puede azotar en exceso el partido socialista, que cuenta entre sus filas con cantidades impensables repartidas de forma fraudulenta entre conspicuos de la formación y empresas afines, además del lío con los sindicatos y de tener a los Sres. Griñán y Chaves en la picota, mientras D. Pedro y Dª Susana hacen equilibrios para contentar a sus respectivos apoyos desde la diferencia que mantienen en el asunto ese de los dos expresidentes andaluces. Dª María Dolores de Cospedal es abogada del Estado por oposición, y parece que nos canta los temas en los discursos, frecuentemente planos, con que trata de promocionar a su formación política. Después cuenta la verdad de lo que piensa en un “tuit” que no parece un error, y es que la dejadez de los políticos, de todos, contra la lacra de la corrupción suena más a connivencia que a la búsqueda del rigor necesario en la aplicación de unas leyes que ya están hechas hace años. Entristece ver publicadas las verdaderas intenciones de nuestros dirigentes