Segundo día en la Costa Amalfitana.
Lentamente, tal y como la carretera requiere, llegamos a Ravello una población situada en lo alto de una montaña sobre Amalfi.
Mucho más tranquila que sus poblaciones vecinas, de ella, y a través de las terrazas de limoneros que la rodean, salen numerosos caminos y senderos.
Uno de ellos fue el que hicimos nosotros para ir hasta Atrani y Amalfi. Aparcamos el coche cerca del B&B Torre dello Ziro y desde allí cogimos el camino que tiene su inicio en la Piazza del Duomo de Ravello y recorre el Valle del Dragona hasta llegar a Atrani, un bellísimo pueblo de la Costa Amalfitana a muy pocos kilómetros de Amalfi.
Allí paramos para darnos un baño en la playa antes de seguir hasta Amalfi y quemar allí nuestras últimas horas en esta maravillosa costa del sur de Italia. Descubrimos más rincones sorprendentes, pequeñas callejuelas y estrechos túneles que pasan por debajo de las blanqueadas casas. Frescos y sombreados pasadizos que son un alivio en los días calurosos del mes de agosto.
Para refrescar el paladar nada mejor que una crema helada de limón amalfitano en A’Sciula, una pequeña heladeria ubicada en Fra Gerardo Sasso, tocando la Via Lorenzo d’Amalfi, dedicada exclusivamente al limón, la fruta por excelencia de la Campania, con la que elaboran exquisitos helados, granizados, sorbetes, yoghurt y smothies.