Revista Viajes

Costa de los Esqueletos en Namibia

Por Pilaryluis

Costa de los Esqueletos en Namibia

Costa de los Esqueletos

Nos encontramos en la Costa de los Esqueletos,  kilómetros y kilómetros de bruma en tonos grises,  monotonía de colores a lo largo de un desierto de mar y arena. Un lugar inhóspito, azotado por fuertes vientos. Desde la orilla se ven los restos de un barco que encalló en los años 90.

Costa de los Esqueletos en Namibia

Con Pili y Maite en Costa Esqueletos

Los náufragos que llegaban a la costa no podían por menos que maldecir el horizonte de arena, arena y más arena, sin agua dulce ni un solo arbusto bajo el sol. Cualquier dirección que tomaran llevaba a la muerte. No es gratuito el nombre de este inmenso mar de arena frente a la costa. Si naufragar era una desgracia, hacerlo en la Costa de los Esqueletos. lo era doblemente.
  
Naturaleza de la costa Esqueletos
La característica básica de esta costa reside en el hecho de que el desierto de Namibia llega hasta el océano Atlántico Sur. Los vientos soplan desde el interior del continente hacia el mar, con lo que cae muy poca
lluvia, y el clima es completamente inhóspito. Por otro lado, hay un constante e intenso oleaje en las playas. En los días de los botes a remo era posible desembarcar atravesando la marea, pero imposible volver a zarpar. La única forma de salir del sitio era caminar cientos de kilómetros a través del árido desierto. Esto y los numerosos restos de barcos naufragados que pueden hallarse a lo largo de la costa, consecuencia de la niebla, los vientos y el fuerte oleaje, han dado a ésta su macabro nombre. (Datos: Wikipedia)

Costa de los Esqueletos en Namibia

Cape Cross


Costa de los Esqueletos en NamibiaCosta de los Esqueletos en Namibia
Costa de los Esqueletos en NamibiaCosta de los Esqueletos en Namibia
Seguimos por la costa hasta Cape Cross donde vive una de las mayores colonias de osos / lobos marinos (no focas) del mundo. Desde lejos se les oye bramar con un sonido que me recuerda al de las ovejas cuando madres y crías se buscan. La colonia huele, estos animales despiden un intenso olor parecido a una mezcla de sirrio (estiercol) y mar. Podemos observarlos desde unas pasarelas elevadas que no interrumpen su paso. La  mayoría son madres con sus crías, una colonia de varios miless de osos marinos que dormitan tranquilamente, bostezan torciendo la cabeza o se meten en el mar a la búsqueda de algún pescado fresco.
Cape Cross (Cabo de la Cruz) fue descubierto en 1486 por marinos portugueses, los cuales erigieron  una gran cruz de piedra (o padrão) para marcar el punto más meridional jamás alcanzado por los europeos en África hasta entonces.
El  padrão voz original portuguesa que en español significa «padrón») era un monolito de piedra rematado por una cruz que llevaba grabadas las armas portuguesas y una inscripción, y que era utilizado por los navegantes portugueses en la era de los Descubrimientos para hacer valer la soberanía portuguesa en los lugares que descubrían y donde se colocaba. (Datos: Wikipedia)

Costa de los Esqueletos en Namibia

Baobab

El resto del día nos dejamos mecer por el traqueteo del camión, mirando con ojos somnolientos la monotonía del paisaje polvoriento, interrumpido por los enormes baobabs que encontramos en el camino.

Costa de los Esqueletos en Namibia

Atardecer en Palm Way

César nos cuenta la leyenda africana de este peculiar árbol. Me encanta que me cuenten "historietas" así que aquí os la dejo:  "Se dice que  el baobab era espectacularmente hermoso, tenia un bonito ramaje y hermosas y olorosas flores por lo que los dioses, admirando su belleza, le concedieron el don de la longevidad. El baobab, vanidoso, crecio más y más sin importarle que su copa ya no diera sombra a los animales del bosque. Ante esa arrogancia los dioses lo castigaron plantándolo al revés ocultando sus ramas y flores bajo tierra y adoptando el aspecto actual en el que parece que sus raíces miren al cielo pidiendo el perdón de los dioses".
Llegamos al campamento de Palm Way con el cuerpo molido pero justo a tiempo para ver los tonos rojizos del  atardecer y antes de quedarnos ateridos por las bajas temperaturas de la noche.
Nos levantamos pronto. Nos espera otro largo día de camión hasta las cataratas de Epupa en el río Kunene. Al poco de salir vemos las primeras manadas de springbok, cebras, jirafas, avestruces...que nos alegran la madrugada; el resto del día, el mismo paisaje seco y monótono, una breve parada para comer y, hasta la próxima parada en Opuwo, nada nuevo en el horizonte. Ni siquiera fue posible hacer compras en Opuwo, es domingo y todo está cerrado.

Costa de los Esqueletos en Namibia

Miguel, Ainhoa, Pilar, Nuria, Laura y Luis.  Foto: Pili de Cádiz

Seguimos viaje, otros largos 180 km...y Ohhhh!, Agua! Hemos llegado de repente a un campamento en un precioso lugar a la orilla de las ruidosas cataratas Epupa en el río Kunene que divide Angola y Namibia,
Las cataratas, con la rojiza luz del atardecer, nos hacen olvidar en un momento el largo día de calor y polvo. 
El campamento es muy agradable. Trainols y Farai montan las tiendas de campaña,  formando un circulo bajo los enormes árboles. El lugar nos recompone el espíritu y casi ni oímos el estrepitoso sonido de la cascada. En el bar tenemos wifi (por fin) y desde la terraza contemplamos un paisaje verde. Nos sentimos felices.
Por la mañana desayunamos tranquilamente y salimos a visitar el poblado Himba. Puedes ver la entrada Los Himba de Namibia

Costa de los Esqueletos en Namibia

Baobab

Por la tarde, al caer el sol, salimos a ver el cañón del río Kunene con las  pequeñas cascadas y los baobabs que crecen en los márgenes. Bajamos hasta la orilla del río vigilando para no encontrarnos con algún  cocodrilo, abundantes en el río (no vemos ninguno). Desde un mirador contemplamos las secas y áridas colinas de Ángola en la otra orilla y apuramos el tiempo hasta los últimos rayos de luz.
Abandonamos el campamento de Epupa Falls por la mañana temprano.
Cambiamos la dirección del viaje, vamos hacia el este, ahora empieza la parte del safari en la que esperamos ver más animales, en dos días llegaremos al P.N. Etosha, pero mientras tanto nos espera otra jornada de camión hasta Alpec, una finca privada de 3000 hª , unida a otras de las mismas dimensiones, que se usa como alojamiento y para batidas de caza mayor. Por fin dormimos en una cabañita con cama y baño incorporado!. Un lujo!. Por la noche, desde la terraza, vemos un enorme kudu que se acerca a beber a la charca iluminada.
Otras entradas de la ruta por África del Sur:
Un viaje por África del Sur
Desierto de Namib.Un viaje por África del Sur
Desierto de Namib. Un viaje por África del Sur
Articulo original en: http://viajararatos.blogspot.com.es/Etiquetas de cerveza: África del Sur
Por el Delta del Okavango 
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