¡Hola adict@s! :)
¿Nunca habéis tenido curiosidad de saber si nuestros escritores tienen alguna manía al escribir?Seguramente sí, y muchos habréis investigado como yo he hecho.Aquí os dejo algunas cositas que he encontrado.
- Los hay que escriben de pie.
- Eduardo Pondal- Winston Churchill- Virginia Woolf- Ernest Hemingway - Vladimir Nabokov- Thomas Wolfe- Eduardo Mendoza
- Los hay que se cuelgan boca abajo
Eso de que les llegue la sangre a la cabeza parece que no les incomoda lo suficiente, al menos, eso es lo que piensa Dan Brown, sí, el escritor que se hizo famoso por sus dos bestsellers: “El código Da Vinci” y “Angeles y demonios”.Según este escritor, colgándose bocabajo consigue relajarse y concentrarse mejor en su labor (la escritura). Cuanto más lo hace, más se siente aliviado e inspirado para escribir.
- Desnudez
Víctor Hugo escribía siempre desnudo. Según él, escribir como dios lo trajo al mundo le hacia inspirarse mejor y que le llegaran ideas mejores.Que digo yo que no le iría tan mal dadas las buenas obras literarias que nos dejó, ¿no?
- Café y más café
Y a mí que ni siquiera me gusta el café jaja Me gustaría saber si este hombre podía dormir en algún momento, o incluso estar tranquilo.
Le seguía muy de cerca bebiéndose 40 tazas de café diarias el autor Voltaire.
- Y si todo lo demás falla, tómate un trago… o dos.
“Yo no espero a estar de humor. No consigues nada si haces eso. Tu mente tiene que saber que debe ponerse a trabajar.”
Ahora voy a comentar unas cuantas manías de unos escritores en concreto
Gabriel García Márquez necesita estar en una habitación con una temperatura determinada. Debe tener en su mesa una flor amarilla, de lo contrario no se sienta a escribir. Y siempre lo hace descalzo. Si no está inspirado, no escribe absolutamente nada.
Neruda escribía con tinta verde.
Isabel Allende hace conjuros antes de ponerse a escribir. Tiene fetiches y comienza siempre sus novelas el 8 de enero. Al empezar a escribir, enciende una vela. Cuando la vela se apaga, deja de escribir, esté por donde esté. Lo deja todo.
Borges se metía en la bañera por la mañana y meditaba sobre si lo que había soñado valdría para un poema o relato.Stephen King es de los metódicos. Según él, igual que cuando te vas a acostar sigues la misma rutina (lavarse los dientes, beber agua,…), él sigue una rutina para empezar a escribir: “Comienzo a las 8-8:30, me tomo mi píldora de vitaminas, me pongo mi música. Me siento en el mismo asiento, y los papeles están en el mismo lugar”Jonathan Franzen se encerraba en su estudio de Harlem con las luces apagadas y las persianas bajadas, sentado frente al ordenador, con orejeras y tapones para los oídos y los ojos vendados, mientras trabajaba en Las correcciones en 2001. Tardó cuatro años en terminar la novela.Y así habrá un montón.
¿Conocéis alguno interesante?
Tessa~