Toledo a partir del siglo XVII pasa de ser una ciudad palaciega a ser una ciudad conventual. Proliferan las órdenes y congregaciones religiosas que en la mayoría de los casos estaban financiadas por la monarquía y la nobleza.
Su fundación puede estar relacionada con el ingreso de las hijas e hijos no primogénitos en estas congregaciones donde se aseguraban un futuro y una buena educación; su finalidad podía ser también la de panteón o la especial devoción de un rey o reina a esa orden. en el siglo XVII muchos palacios se convierten en conventos, desapareciendo en cierto modo el carácter palaciego de la ciudad. Se pasa de un medievalismo a un intento de clasicismo que no se consuma por las condiciones geográficas de la ciudad.
Las órdenes y congregaciones cuentan con el apoyo real que aportan una serie de privilegios como donaciones de rentas y tierras, monopolios, etc..
Además eran lugares seguros para la educación de los hijos del rey. Hay órdenes que reciben un beneficio mayor por la especial devoción de sus mecenas; es el caso de San Juan de los Reyes que recibe una especial atención de los Reyes Católicos y en especial de la reina Isabel. os conventos llegan a ocupar enormes manzanas y en ocasiones prolongan su espacio por medio de cobertizos a otras casas próximas.
Fueron remodelados en su mayoría en los siglos XVI y XVII en estilo renacentista y barroco ya que las donaciones se incrementan como consecuencia del aumento de rentas que permitió el descubrimiento de América.
A finales del siglo XVII se inicia un proceso de decadencia para estas instituciones. Otras causas que provocan esta decadencia son la guerra de la Independencia durante la que se destruyen muchos conventos, así como las desamortizaciones del siglo XIX. Hoy en Toledo los conventos siguen configurando una parte importante de la ciudad.
Su número ha ido disminuyendo a medida que la vocación descendía también. Para paliar esta situación y evitar que los conventos se vengan abajo se han emprendido algunas campañas de restauración y en el plano espiritual, se han incorporado novicias de países como la India. n el plano político Toledo recobra, con la revolución de 1868, las esperanzas de ser una ciudad moderna y de salir de su acentuado estado de provincialismo.
Para ello se acometen obras públicas para realizar la infraestructura básica que debía tener una ciudad que pretendía recobrar su antiguo esplendor: luz eléctrica, red de teléfonos, agua corriente, ferrocarril, etc.. en este periodo se intenta solucionar uno de los problemas que siempre ha sido una asignatura pendiente para la ciudad y que sólo los romanos supieron solucionar con eficacia: el abastecimiento de agua.
Los romanos consiguieron subir las aguas del Tajo mediante un sistema hidráulico que incluía un acueducto del que todavía hoy podemos ver restos. Los intentos posteriores de abastecer de agua a la ciudad fueron en vano, tan solo el artificio de Juanelo logró en parte este objetivo ya que no duró mucho tiempo.
En este periodo apenas existía el agua corriente por lo que se proyecta la construcción de una planta elevadora de aguas desde el Tajo que pudiera resolver este problema. ste afán modernizador se materializa también en el aspecto urbanístico de la ciudad, construyendo edificios neogoticistas o neomudéjares y se desarrollan proyectos que intentan hacer una reorganización urbanística alineando en la medida de lo posible las zonas más céntricas de la ciudad; para ello se realizan también numerosos miradores tratando así de sacar partido a su patrimonio arquitectónico y al emplazamiento de la ciudad que permite admirarlo en todo su esplendor.
http://www.secipe.org/congreso/2004/documentos/toledo_historia.pdf
Revista Cultura y Ocio
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