Hace unos días la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) recomendó la autorización para la comercialización «condicional» de Veklury (remdesivir). Si la Comisión Europea lo aprueba será el primer tratamiento para Covid-19 en adultos y adolescentes de 12 años «con neumonía que requieren oxígeno suplementario». Se trata del medicamento de la farmacéutica Gilead que ha dado que hablar estos meses.
Los datos de eficacia y seguridad sobre remdesivir se evaluaron en un período de tiempo excepcionalmente corto, como cuenta la propia EMA, a través de un procedimiento de revisión continua que es algo que hace esta Agencia en casos muy concretos, como una emergencia de salud pública; analiza los datos según le van llegando de sus propietarios, en este caso el laboratorio que desarrolla Veklury.
Si la Comisión concede el permiso a Gilead para vender su remedio lo hará de manera condicional porque no están aún todos los datos, de hecho la compañía deberá presentar los informes finales de los estudios remdesivir a la Agencia en diciembre de 2020.Queda aún pues. Y también ha de ofrecer más análisis sobre la calidad del medicamento, así como los datos finales sobre mortalidad el próximo mes de agosto de 2020.
La eficacia que presenta el medicamento (datos siempre ofrecidos por el laboratorio y protegidos por «secreto comercial», figura legal que permite a las farmacéuticas dar sólo lo que les interesa) no es espectacular que se diga. Los pacientes tratados con remdesivir se recuperaron después de aproximadamente 11 días, en comparación con 15 días para quienes recibieron placebo (sustancia inerte).
Este efecto no se observó en pacientes con enfermedad leve a moderada pues el tiempo de recuperación fue de cinco días tanto para el grupo remdesivir como para el grupo placebo. Para quienes padecían la enfermedad grave, que constituían aproximadamente el 90% de la población del estudio, el tiempo de recuperación fue de 12 días en el grupo de remdesivir y 18 días en el grupo de placebo. Sin embargo, no se observaron diferencias en el tiempo de recuperación en pacientes que comenzaron a recibir remdesivir cuando ya estaban en ventilación mecánica.
Los datos sobre la proporción de pacientes que murieron hasta 28 días después de comenzar el tratamiento se están recopilando actualmente para el análisis final.
Así que tenemos un medicamento que va a aprobarse y que sólo parece útil para determinados casos de enfermos por Covid-19 pero cuyos datos sobre eficacia y seguridad sencillamente es que no están aún. Eso sí, lo que está decididísimo es su precio, de manera paradójica. No sabemos si realmente funciona pero sí cuánto cuesta aunque haya personas a las que no les funcione.
La compañía Gilead ha anunciado que estipula un precio único para remdesivir de unos 347 euros por dosis en países desarrollados. El coste del tratamiento por persona será de, aproximadamente 2.079 euros. Esto se justifica porque, según Gilead, la gran mayoría de pacientes recibirá un tratamiento de cinco días utilizando seis viales.
Hace cinco años esta farmacéutica protagonizó uno de los escándalos más grandes de especulación con el precio de los fármacos.
¿Os acordáis del medicamento contra la hepatitis C marca Sovaldi (sofosbuvir)? Este polémico fármaco es el más usado para dicha enfermedad pero su caso se hizo famoso por el altísimo precio que su fabricante llegó a cobrar por él: 1.000 dólares por pastilla.
Por poner en contexto esta cifra, se trata de un producto que cuesta producirlo entre 57 y 115 euros.
En India, China, Brasil o Argentina se plantearon rebelarse ante el abuso de los laboratorios. Parece que no aprendemos a apostar por una industria farmacéutica pública, bien dotada, que investigue y desarrolle tratamientos médicos esenciales para la población y gestionada de manera ética y transparente es otro. Y no será porque no llevamos varias epidemias y pandemias en los últimos años en las que se ha reproducido el mismo modelo.
No es la primera vez que a Gilead se le permite un trato tan ventajoso. Ya durante la «epidemia» de gripe aviar de 2005 se lucró de manera abusiva con las ventas de su malísimo fármaco antiviral Tamiflu y durante la no pandemia de gripe A de 2009 lo hizo a mayor escala todavía. Una empresa experta en darnos el medicamento que «necesitamos» en el momento oportuno ¿que no?