Sea como fuera, y bajo la filosofía de que uso mi blog como herramienta de descarga de algunos de mis pensamientos (fundados o infundados, creo que da un poco igual), quiero aprovechar que esta mañana he estado whatsapeando con mi amigo y compañero de trabajo Emilio sobre los impactos futuros que el Covid19 va a traer a nuestras vidas, como individuos, como consumidores y por supuesto el impacto que tendrá en la economía mundial.
En cierto modo creo que, desde que apareció el Coronavirus en nuestras vidas (podríamos fijarlo en Diciembre/Enero) hemos estado prestando atención a la emergencia más corto-placista que teníamos encima, que no es otra que la emergencia sanitaria. Y es normal. Me da la sensación de que nos quedan bastantes semanas hasta decir que la situación está controlada y se den poco más que algunos contagios al día. Cuando eso ocurra, tendremos que mirar hacia arriba y darnos cuenta de la que nos está cayendo y sobre todo, la que nos va a caer.
Porque me da la sensación de que con la estructura económica mundial no podemos soportar un parón económico-productivo a nivel mundial de 4 o 5 meses, ya que cuando algunos países (los primeros con infecciones) están saliendo de la emergencia sanitaria, otros estamos siquiera empezándola. Y el impacto de este descalabro de diferentes medidas a nivel país lo vamos a ver mundialmente en los próximos meses y en los próximos años.
Fijaros en los sectores que han sido afectados desde que descubrimos el Covid19 y la estimación de cuándo podremos volver a la normalidad. La verdad es que el gráfico da que pensar.
El único sector que a priori mejora sus cifras comparándose contra el año anterior es el de alimentación, con un repunte importante en la fase de histeria/acopio, y cierta normalización en los meses posteriores, pero con un horizonte temporal de un año de mejoras.
(Fuente, Deloitte)
Los sectores de Retail, Restauración y Ocio, Hoteles o Viajes no parece que vayan a remontar hasta el primer trimestre de 2021. La vuelta será progresiva, y el estudio (hecho por Deloitte) habla de ciertos viajes de primera necesidad en torno al mes de Junio, un verano con turismo esencialmente doméstico y la vuelta a cierta normalidad (pero por debajo de años anteriores) en el mes de Noviembre, pero sin llegar a los niveles de años anteriores hasta Marzo/Abril.
E imagino que sin tener en cuenta el efecto negativo de un potencial brote el otoño/invierno que viene, porque me da la sensación de que ahora mismo estamos tan cogidos con pinzas, que cualquier cosa puede mandar cualquier previsión al carajo. Aunque es cierto que tenemos tiempo para encontrar una vacuna, pero si esto no fuera así o el famoso virus mutase, entonces... bueno, mejor no lo pensemos, que tampoco sirve de mucho.
Pero sea como sea la recuperación... y sea cuando sea, creo que estamos ante un cambio de paradigma en la estructura económica internacional y que nuestros gobernantes tendrán que hacerse preguntas del tipo:
- ¿Puede un país depender tanto de los servicios?
- ¿De verdad podemos permitirnos que China sea la fábrica del mundo?
- Las dependencias de las materias primas puede ser el siguiente problema si no nos tomamos en serio de una vez por todas las energías alternativas
- Si como parece la propagación de este Covid19 tiene su origen en un laboratorio, ¿no habría que regular estos experimentos con gaseosa de alguna forma? Si, también deberíamos hablar de las sanciones en caso de "despistes" de este tipo
- Por fin las empresas se van a dar cuenta que se puede tele-trabajar, pero a la vez tenemos que asegurar que tenemos las infraestructuras tecnológicas necesarias.
Creo que vienen décadas de cambio. Una nueva era, provocada por una mierda de gripe... pero que nos va a hacer cambiar muchas cosas. Quizás no. Quizás simplemente todo vuelva a ser igual dentro de unos meses, pero como el periodo post-coronavirus será de una crisis nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial, creo que cambiarán muchas cosas. Muchas más de las que hoy podemos imaginarnos.
Y ya puestos a completar, me gustaría compartir con vosotros (también parte del estudio de Deloitte) los cambios en el comportamiento del consumidor pre-durante-post Covid19.
(fuente, Deloitte)
La lectura del gráfico es muy sencilla. La columna de la izquierda representa los % de la distribución de la renta disponible per cápita. Ahí podíamos ver en qué gastábamos nuestro dinero antes de la crisis del Coronavirus.
Antes de la crisis ahorrábamos un 8% de nuestros ingresos, gastábamos un 8% en restaurantes, un 9% en viajes y hoteles, un 17% en alimentación, etc.
Durante la época de aislamiento, lo primero que vemos es que de media hay una pérdida de poder adquisitivo. Situaciones como las provocadas por un ERTE, reducciones de salario, etc... hacen que tengamos una base de ingresos menor. A partir de ahí, cosas muy lógicas en este periodo en el que no salimos de casa. El gasto en alimentación se incrementa un 25%, ahorramos el doble que antes (aunque sobre una base menor) y nuestro gasto en viajes, hoteles y restaurantes se reduce en un 95%.
La situación prevista para 2021 nos deja un panorama de cierto cambio. Recuperamos parte del poder adquisitivo perdido en la época de aislamiento, pero sin llegar a recuperar la situación pre-crisis. Ahorraremos un 40% más que antes, y -suponiendo que el gasto de vivienda o el de suministros se mantiene constante- incrementaremos un 2% los gastos de alimentación, mientras que reduciremos un 5% el gasto en restaurantes, un 7% en viajes y hoteles y un 10% en retail.
En resumen, le hemos visto las orejas al lobo y frenamos nuestra actitud consumista, en aras del ahorro y de necesidades primarias como la alimentación.
En fin. Es cierto que el papel lo aguanta todo, pero honestamente creo que vienen cambios... y seguramente de mayor calado de los que hoy siquiera contemplamos. ¿Cómo lo ves? ¿Se me está yendo la pinza o realmente estamos ante el principio de un cambio de modelo productivo/consumista?