Una simple mirada sirve para constatar que no estamos en el mejor de los mundos posibles. La vieja Europa es asediada desde todos sus flancos:
Trump por el oeste y Putin por el este intentan fragmentarla al máximo; desde el sur inmigrantes ilegales saben que no son bien recibidos pero siguen llegando masivamente y provocando reacciones erosivas.
En España tampoco vivimos una situación placentera: un frágil Gobierno con socios peligrosos a los que hace concesiones indeseables; el PP (partido más votado) muestra un proceso insólito de división que no traerá nada bueno; el secesionismo catalán crece ayudado por factores exógenos y no es convenientemente replicado; hasta La Corona llegan los aires de crisis debilitando la Jefatura del Estado.
Como dijo el clásico habrá que esperar a ver si escampa.