A partir de hoy se celebra en CPH:DOX el ciclo de conversaciones A morning with, que está moderado por Thom Powers, director de programación de documentales del Toronto International Film Festival. El primer invitado ha sido esta mañana el reconocido cineasta Alex Gibney (1953, Nueva York), que presenta en el festival su último documental, In restless dreams: The music of Paul Simon (2023), un recorrido de 3 horas y media por la trayectoria del compositor y cantante. Mañana la cita matutina será con Johan Grimonprez (1962, Bélgica), director de ensayos cinematográficos que reúnen momentos históricos clave y elementos culturales, del que CPH:DOX presenta Soundtrack to a Coup d'Etat (2024), que recorre la música de jazz en relación con la independencia del Congo. Y el jueves la conversación será con Asmael El Moudir (1993, Marruecos), directora de La madre de todas las mentiras (2023), quien compartirá sus ideas sobre los desafíos de reconstruir eventos pasados, su exploración de técnicas cinematográficas no convencionales y la participación personal de su propia familia en el proyecto.La crónica de hoy está centrada en las ausencias, el peso de pérdidas que provocan un sentimiento de duelo, pero también la búsqueda de fantasmas del pasado que de alguna manera siguen definiendo nuestro presente.
The phantoms of Sierra Madre
Håvard Bustnes
Noruega, Finlandia, Estados Unidos, México 2024 | Dox:Award / Nordic:Dox | ★★★☆☆
La intención del reconocido guionista Lars K. Andersen (1970, Dinamarca) de seguir los pasos de uno de sus héroes de infancia, el explorador noruego Helge Ingstad, comienza como una road movie aventurera en la que el responsable de películas como Flame y Citron (Ole Christian Madsen, 2008) o El idealista (Christina Rosendahl, 2015) parece cómodo en la representación de un cineasta en busca de los reflejos del pasado. El explorador afirmaba en una entrevista de archivo que en 1937 recibió noticias de que algunos descendientes del guerrero apache Gerónimo permanecían en las montañas de Sierra Madre, y que se dirigió allí tratando de encontrarlos. Lars K. Andersen inició hace ocho años un proyecto en el que incorporó al director Håvard Bustnes (1973, Noruega), conocido por documentales políticos como Las chicas de Amanecer Dorado (2017), para llevar a cabo este viaje a Estados Unidos tratando de encontrar la verdad sobre la existencia de estas familias escondidas entre las montañas. Pero el proceso de investigación, que consigue contar con la colaboración de Pius García, un bisnieto de Gerónimo, perteneciente a la tribu de los Apache Mescalero, se va transformando conforme se revelan diferentes informaciones sobre los indios y sobre las verdaderas razones de la exploración de Helge Ingstad. De manera que The phantoms of Sierra Madre (Håvard Bustnes, 2024) es un documental de naturaleza cambiante que acaba cuestionando su propia razón de ser. Contando en la producción con Bird Runningwater, figura destacada de las Naciones Cheyenne y Apache Mescalero, que ha trabajado como programador en el Festival de Sundance, la película abarca tantos temas que a veces se siente algo sobrepasada por ellos, creando una estructura narrativa algo artificial, pero que acaba introduciendo elementos de reflexión tan destacados como la apropiación cultural.
Después de lidiar con una familia mexicana que afirma ser descendiente directa de Gerónimo, lo que la enfrenta a la incredulidad de Pius García, especialmente dedicado a preservar la memoria a través de documentación histórica, el empeño de Lars K. Andersen comienza a encontrarse con algunos obstáculos notables, lo que acaba poniendo en cuestión a la propia película, en un giro de guión que se revela como tema central. La artista Amanda Fayant, licenciada en Estudios Indígenas que reside en Noruega, coloca frente al entrevistador la realidad percibida desde un punto de vista diferente, expresando su disconformidad con el documental: "Yo misma no tengo las herramientas para contar la historia de mi familia. Esta película se siente como otra forma de colonialismo que trata de husmear y tomar cosas de nosotros". La reivindicación de una narrativa propia sin intervenciones externas pone en cuestionamiento no solo el trabajo de Helge Ingstad, sino la idea de apropiación cultural que los responsables del documental ni siquiera habían se habían planteado. La crisis existencial del proyecto se refuerza con la negativa a colaborar de un consultor en inteligencia y antropología, José Medina, que parece tener datos muy precisos sobre la posible existencia de Apaches descendientes de Gerónimo, pero que se niega a honrar la figura del explorador noruego, lo que hace pensar que hay algún secreto no revelado detrás de las afirmaciones de Helge Ingstad. Aunque la estructura se siente algo reconstruida artificialmente, como alguna discusión entre Lars K. Andersen y el director Håvard Bustnes, e incluso parece inverosímil que los cuestionamientos éticos de la película no se hayan planteado con anterioridad, el hecho de colocarlos en primer plano es una invitación especialmente interesante para que el espectador se cuestione precisamente este tipo de preguntas. Cuando cada vez más son las naciones nativas que reivindican su derecho a construir su propia historia, The phantoms of Sierra Madre se adentra en temas complejos que hubieran necesitado un desarrollo más profundo. Incluso presenta ante la cámara la justificación que ofrece el Danish Film Institute para no apoyar económicamente un documental que "intenta encontrar a aquellos que no quieren ser encontrados". Lars K. Andersen afirma en un momento de la película que "ninguna historia es inocente. Todas tienen un precio", poniendo de manifiesto una conclusión lógica sobre un viaje que comienza como una aventura y termina como una reflexión sobre ciertos tipos de colonialismo que se construyen a partir de una imagen distorsionada del pasado.
As noites ainda cheiram a pólvora
Inadelso Cossa
Mozambique, Francia, Alemania, Portugal, Holanda, Noruega 2024 | Next:Wave | ★★★★☆
Festival de Berlín '24: Forum
El regreso del director mozambiqueño Inadelso Cossa al pequeño pueblo donde vivió su familia y todavía reside su abuela Elisa convierte su primera película en una exploración del trauma y de la memoria, más que en un documental en el que se pretenda reflejar el pasado desde un punto de vista histórico. Las primeras imágenes muestran a un niño corriendo por el campo que representa el recuerdo que ha quedado en el director de una infancia alegre pero en la que irrumpieron unas bombas que su abuela le decía que eran fuegos artificiales. Rodando en una oscuridad en la que encontramos ecos de la película Vitalina Varela (Pedro Costa, 2019), uno de los referentes más claros del director, su propia narración menciona la necesidad de captar los sonidos de la pequeña aldea para recuperar los recuerdos: "La pólvora se convierte en polvo. La luz se convierte en sombra. Y el cine se convierte en memoria". Se introducen imágenes de archivo que muestran los efectos de una guerra civil que se extendió desde 1977 hasta 1992, enfrentando al Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO) y a la Resistencia Nacional (RENAMO), pero dejando en medio a las pequeñas aldeas como esta a la que regresa el director después de veinte años. Su familia consiguió huir, y el propio Inadelso Cosso no tiene recuerdos de una guerra que se cobró más de un millón de víctimas. Pero los relatos de los supervivientes cuentan que sus habitantes fueron masacrados, y de hecho todavía conviven los que fueron víctimas y los que fueron perpetradores. El enfoque en la pareja formada por Zalina y Macuacua recuerda al de The act of killing (Joshua Oppenheimer, 2012), cuando éste último recrea algunas de sus incursiones como rebelde, machete en mano.
Hay una clara cinefilia en The nights still smell of gunpowder (Inadelso Cossa, 2024) que sin embargo permite construir una narración muy personal, en la que el director mismo y su operador de sonido Moises aparecen entre las sombras para captar en la noche esos sonidos que remiten al pasado, tratando de capturar también "las voces de los que murieron en la guerra". En su acercamiento arriesgado desde una perspectiva del trauma, la oscuridad se convierte en una presencia constante, porque el mismo director afirma no poder dormir por las noches debido a los recuerdos. Cuando trata de entrevistar a su abuela, ésta parece incómoda, y en cierto modo la irrupción de Inadelso Cossa tratando de indagar en recuerdos que no quieren o no pueden salir a la luz, es demasiado insistente. Elisa recuerda que su marido fue enterrado con sus pertenencias y los objetos más cercanos a él, siguiendo esas tradiciones que ella lamenta que se hayan perdido. Pero parece que no hay mucho más que pueda rememorar: "Me pregunto si mi abuela no ha enterrado también su memoria allí". La puesta en escena de la película, que introduce momentos de recreación ficticia, indaga precisamente en el lenguaje cinematográfico como una forma de reconstrucción del pasado. Y en este sentido es una película tan audaz como excesivamente lánguida, pero que consigue transmitir la confusión que provoca un trauma indeleblemente arraigado en la memoria histórica de un pueblo. La violencia que todavía está presente en un Mozambique que vive de nuevo un conflicto invisible para la comunidad internacional, que ha provocado hace unas semanas una oleada de más de 100.00 personas desplazadas debido a otra guerra que comenzó en Cabo Delgado en 2017, ahora bajo la insurgencia yihadista.
© Kacper Czubak
Silent trees
Agnieszka Zwiefka
Polonia, Alemania, Dinamarca 2024 | Human:Rights | ★★★★☆
La crisis provocada por el presidente bielorruso Alexander Lukashenko en 2021, utilizando los flujos migratorios como presión contra la Unión Europea, desembocó en la apertura de sus fronteras con promesas de un camino sin obstáculos a través del bosque fronterizo con Polonia. Pero la respuesta del gobierno polaco sellando su frontera convirtió en víctimas a muchos de los inmigrantes, que acabaron atrapados en un peligroso páramo, en mitad del duro invierno, al que se le denominó el "nuevo Mediterráneo". Decenas de miles de inmigrantes procedentes de Siria, Irak y Afganistán principalmente, acabaron sufriendo las consecuencias de un conflicto político, incluso pagándolo con la muerte. Ante la decisión de Polonia, en los últimos meses se han estrenado varias películas que abordan esta crisis, como Green border (Agnieszka Holland, 2023), Premio Especial del Jurado en Venecia, Forest (Lidia Duda, 2024), premio Alexander de Plata en el Festival de Tesalónica, y Walls (Kasia Smutniak, 2023), estrenada en el Festival de Toronto. La directora Agnieszka Zwiefka (1978, Polonia), que el año pasado estrenó el vitalista documental Vika! (2023), sobre una popular DJ de 83 años, decidió involucrarse como voluntaria en un campo de refugiados cercano a la frontera, para centrarse en su última película en la familia de Runa, una niña kurda de 16 años cuya madre falleció en el bosque. Esta pérdida trágica se convierte en un trauma tan profundo que tiene consecuencias en los cambios de personalidad que han sufrido los miembros de la familia: el padre Baravan se sume en una depresión que le impide hacerse cargo de sus hijos, obligando a Runa a adoptar un papel de protectora frente a sus cuatro hermanos. Los adolescentes Ghareeb (13) y Mateen (15) requieren constantemente su atención, mientras que los más jóvenes, Mizgeen (10) y especialmente Ayham (9), expresan el trauma por la pérdida de su madre a través de actitudes agresivas que esconden el dolor.
Silent trees (Agnieszka Zwiefka, 2024), que se desarrolló con el título de Runa, comienza y termina con una imagen cenital del bosque Białowieża nevado y frío que parece mantener los ecos de un pasado también violento, en el que los nazis ejecutaron a numerosos polacos durante la 2ª Guerra Mundial. A través de la imagen silenciosa del bosque, se expresa la necesidad de romper el silencio frente a la crisis humanitaria que se vive en mitad de Europa. Y cuyas condiciones de aislamiento ha provocado la muerte documentada de más de 50 inmigrantes, pero la constancia de numerosos desaparecidos. Runa se aísla de su alrededor dibujando en su diario, lo que permite la directora tener una justificación para introducir escenas de animación inspiradas en Persépolis (Vincent Paronnaud, Marjane Satrapi, 2007), mostrando los recuerdos del pasado, la experiencia de una nación kurda enfrentada constantemente a la represión por parte de los países en los que ha habitado: Irán, Irak, Siria y Turquía. Cuando en el campo de refugiados se leen las noticias sobre los ataques del ISIS a regiones de mayoría kurda, los comentarios siempre hacen referencia a la desatención que reciben por parte de la comunidad internacional. Las animaciones también son utilizadas para mostrar la experiencia de los refugiados atrapados en el bosque, sustituyendo a la presencia de las cámaras en el entorno real, que la directora evita con buen criterio. Runa quiere ser abogada, pero la incapacidad del padre para tomar decisiones importantes para su familia retrasa la necesaria salida del campo de refugiados para poder tener una vida normal. Y aunque parte de la película se desarrolla una vez que consiguen ingresar en Polonia, los intentos de Baravan por encontrar un trabajo resultan infructuosos y algunos de los hermanos de Runa tienen que enfrentarse a las actitudes nacionalistas que los adultos han impregnado en sus compañeros de escuela. Silent trees, que está coproducida por HBO Max, se construye como una película de crecimiento, un coming-of-age que convierte a Runa en el personaje principal, pero es más contundente en la representación del dolor que se muestra fuera de campo, abordando una crisis humanitaria que parece invisible y silenciosa.
Our father wears a sun
Rosalinde Mynster, Jesper Spanning
Dinamarca, 2024 | Nordic:Dox / Danish:Dox | ★★★★☆
Las películas que muestran el deterioro de una enfermedad, especialmente si afecta al discernimiento del protagonista, siempre provocan dudas sobre la conveniencia de una realización artística que parece difícil tener el reconocimiento real de la persona que es retratada, como cuando en La memoria infinita (Maite Alberdi, 2023) no sabemos qué tipo de conciencia tenía Augusto Góngora sobre el rodaje de sus escenas. En el caso de Our father wears a sun (Rosalinde Mynster, Jasper Spanning, 2024) los directores son los hijos del actor Søren Spanning (1950-2020, Dinamarca), al que los aficionados a las series recordarán como el primer ministro al que se enfrenta la protagonista del drama político Borgen (Netflix, 2019-2022) en las primeras temporadas, los que deciden realizar grabaciones de su padre después de que éste sufriera una trombosis cerebral en 2014. Tras permanecer un mes en coma, se recuperó pero con un lado del cuerpo paralizado, en una silla de ruedas y con dificultades para hablar. La trombosis también provocó problemas de discernimiento que hacen que a veces se comporte como una especie de adolescente rebelde, cuando se empeña en fumar a pesar de que sus pulmones están "viejos y en mal estado". Rosalinde Mynster, quien publicó hace unos años el libro Min fars stemme (La voz de mi padre) (2022), también abordando la relación con la enfermedad, comenzó a hacer fotografías cuando su padre estaba en coma, hasta que tomó la decisión de grabarle en los que serían sus últimos años de vida. De manera que la película se convierte en una forma de honrar la memoria del padre pero al mismo tiempo en una terapia personal en la que los hijos acaban siendo los auténticos protagonistas, en su forma de enfrentarse al deterioro de la enfermedad de Søren, a través de las conversaciones telefónicas que mantienen entre ellos cuando están separados. Estas conversaciones reflejan la vulnerabilidad de quienes lidian con una pérdida gradual de un padre que parece envejecer rápidamente, y la impotencia de sentir el cansancio, como cuando Rosalinde cuenta que a veces evita visitar a su padre.
Hijos de la también reconocida actriz Karen-Lise Mynster (1952, Dinamarca), ella sin embargo está particularmente ausente de la película, quizás para subrayar que se trata de una historia sobre la relación de los hijos con su padre. Our father wears a sun es una película dolorosa porque muestra el deterioro progresivo de un hombre que acaba necesitando respiración artificial debido a sus problemas pulmonares, y cuya muerte también es representada con imágenes de su cuerpo en el ataúd. Pero esta exposición de la intimidad de alguna manera refleja un profundo sentimiento de cercanía, una forma de compartir de manera honesta los momentos más personales, durante la vida y después de la muerte. La hermosa fotografía realizada en analógico logra captar miradas y gestos casi juveniles, a veces de extrañeza, de Søren Spanning, como si sus pensamientos fueran difíciles de escrutar. Su hijo Jasper Spanning es un premiado director de fotografía que ha trabajado en películas como The guilty (Gustav Möller, 2018), Reina de corazones (May el-Toukhy, 2019) o recientemente Sons (Gustav Möller, 2024), que participó en el Festival de Berlín. Si Our father wears a sun es una película sobre la presencia de un padre en circunstancias complicadas, después se convierte en un retrato de la ausencia y el duelo, de los sentimientos encontrados sobre decisiones tomadas que quizás se hubieran cambiado mirándolas desde la perspectiva de la pérdida. "¿No crees que el proceso de duelo que fue tan doloroso mientras él vivía, se hace ahora más fácil?", pregunta Rosalinde a su hermano. Hay una especie de tranquilidad y sosiego cuando la muerte no solo es el final de una vida sino también el final de un proceso que ha durado años. Y se despliegan conversaciones con el padre que en algunos momentos tienen una coherencia sobresaliente, cuando frente a ciertas inseguridades como actriz de su hija, él responde con una pragmática descripción de su profesión: "El teatro no hace revoluciones".
© Jacob Sofussen
Echo of you
Zara Zerny
Dinamarca 2023 | Danish:Dox / Body politics | ★★★★☆
IDFA '23: Luminous
La ausencia es directamente el tema central de esta película que estuvo presente en la sección Luminous del Festival Internacional de Documentales de Amsterdam (IDFA). La directora Zara Zerny (1985, Canadá) debuta con un largometraje que coloca a nueve personas de la tercera edad frente a los recuerdos de sus parejas fallecidas, a través de entrevistas que dejan traslucir relaciones duraderas en las que ha predominado el amor. Y el conjunto de las entrevistas individuales que se derivan por diferentes temas en torno a la convivencia y la manera en que las relaciones se modifican con el paso del tiempo, acaba formando un mosaico que tiene una tonalidad poética y que se va revelando como una íntima aproximación a la ausencia, pero también a la presencia a través de los recuerdos o de esos pequeños objetos a los que se aferran los protagonistas. Peter (92) guarda todavía la cartera de su mujer con toda su documentación, incluso el dinero que tenía en su interior; cuando René (86) compra flores siempre lo hace eligiendo el color que le hubiera gustado a su esposa... Este grupo de hombres y mujeres daneses, heterosexuales y homosexuales, tienen en común una edad que supera los ochenta años, pero mantienen una memoria muy vívida de sus parejas. A través del montaje a cargo de Sofie Steenberger, editora de películas como Giraffe (Anna Sofie Hartman, 2019), se equilibra con habilidad el tiempo en pantalla que ocupan los entrevistados. Sin embargo, no solo se habla de la ausencia, sino sobre todo de los momentos en los que estaban presentes. Hay relaciones que estuvieron a punto de acabar en un divorcio que no se produjo porque la mujer no contaba con independencia económica, matrimonios que se aceleraron porque ella quedó embarazada antes de tiempo. Se habla de la pasión sexual del comienzo y de la deriva hacia un sentimiento más íntimo, la tranquilidad que provocaba la presencia del otro, la serenidad de una caricia. También se abordan temas como las infidelidades, algunos confiesan haber tenido otras relaciones y en algunos casos haber aceptado que sus parejas tuvieran otros encuentros sexuales.
Ekko af kærlighed (Zara Zeny, 2023), cuyo título original está más cerca del significado Eco de amor, establece una relación cercana con los entrevistados, creando una conexión de intimidad con el espectador. La directora utiliza dos recursos interesantes que se alternan con las palabras de los nueve protagonistas: muestra espacios que parecen haber sido ocupados por las personas desaparecidas, como si se hubieran marchado de improviso: el agua del grifo de la cocina corriendo, la televisión encendida, el motor del scooter funcionando... como queriendo representar que todo continúa a pesar de las ausencias. Y también envuelve a los entrevistados de una poética visual, iluminándoles con claroscuros, recuperando sus recuerdos a través de proyecciones de videos caseros en la pared, haciendo que cierren los ojos para sentir la presencia de sus parejas. El planteamiento de la película corría el riesgo de caer en lo sentimental, pero aunque es una expresión de amor profundo, está realizada con tanto respeto y tanta delicadeza que acaba resultando conmovedora. Surgen temas como la vejez ("nunca me imaginé a mí mismo como un anciano"), y esa presencia quizás espiritual que parece no haberse perdido todavía. El olor de la ropa despierta emociones. Algunos como Peter están convencidos de que la muerte es el final, de que no hay alma ni espiritualidad, sino simplemente la desaparición, otros sienten que en algún tipo de más allá podrán reencontrarse con sus parejas. Zara Zerny describe visualmente la muerte de alguno de los entrevistados de una manera hermosa, cerrando el círculo de los que estaban presentes, ahora también desaparecidos.
______________________________________Películas mencionadas:
La memoria infinita se estrena en Filmin el 3 de mayo. Green border se estrena en salas el 7 de junio. La ceniza es el blanco más puro, El idealista, Vitalina Varela y Reina de corazones se pueden ver en Filmin. Las chicas de Amanecer Dorado se puede ver en Prime Video. Vika! se puede ver en HBO Max. Persépolis se puede ver en Filmin y Movistar+. The guilty se puede ver en Filmin, Movistar+ y Prime Video.