Revista Cine
Título original: Crave
Año: 2012
Duración: 113 min.
País: Estados Unidos
Director: Charles de Lauzirika
Guión: Charles de Lauzirika, Robert Lawton
Música: Justin Caine Burnett
Fotografía: William Eubank
Reparto: Josh Lawson, Emma Lung, Ron Perlman, Edward Furlong
Visceral narración de como un hombre realiza un viaje sin retorno al mismo infierno.
Vivimos en un mundo donde cada uno mira por sí mismo, donde el resto no importa y es aquí donde rige la ley del más fuerte. El más cabrón y el más despiadado es sin duda el que tiene más posibilidades de sobrevivir. Cuando alguien, una persona normal y corriente como tú o yo, es consciente de esta premisa, su visión sobre todas las personas cambia radicalmente. Y si esto se convierte en una obsesión la persona en si puede acabar convirtiéndose en lo que más odia o teme.
Aiden trabaja como reportero freelance, se dedica principalmente a fotografiar victimas de asesinato. Pero día tras día y tras ver lo podrido que puede llegar a estar el mundo se plantea un dilema moral entre lo que es correcto y lo que no. Se plantea si él podría hacer algo para cambiar este mundo corrompido. Pero la locura y la paranoia lentamente se apoderaran de su ser. Todo un trayecto con destino al mismo infierno del odio, el temor y la locura más extrema.
Conocido por dirigir y producir gran numero de documentales, Charles de Lauzirika, debuta con su primer largo, a palabras de él, una obra muy personal y realmente visceral. Tal vez no guste a todo el público, lo que tengo por seguro es que no os dejara indiferentes. Gran trabajo en la dirección, y gran trabajo co-escribiendo guión junto a Robert Lawton.
El apartado técnico muy depurado en todos los aspectos. Tal vez el conjunto peque de ser algo bastante personal e intimista. El director nos quiere contar algo y le dé igual todo lo demás. Convirtiéndose por momentos el film en algo pesado que ver. Ya que en partes pierde bastante el interés o nos llena de momentos realmente irrelevantes. Tal vez acortando su duración habría ganado un ritmo mucho más dinámico y hubiese sido más sencilla de digerir.
Hay que destacar algunos secundarios de lujo, como el excelente trabajo de Ron Perlman, o el siempre recordado por todos Edward Furlong, últimamente relegado a telefilms y a papeles de menos relevancia y que en Crave, firma una gran actuación. Bravo por ellos dos y bravo sobre todo por el protagonista Josh Lawson, el cual borda su papel y nos regala un personaje realmente perturbador y perdido en su propio interior.
Pese a que la película tenga un ritmo algo pausado y goce de una duración algo elevada, no desmerece, gracias sobre todo a las magnificas actuaciones por parte de todo el elenco y sobre todo a una historia que engancha e interesa. No apta para todo el mundo por su duración y argumento pero vale la pena verla. Ya que es un cine de terror psicológico que impacta y no deja indiferente.
Firma: Omar Parra.