Desde muy temprano en la mañana, el zumbido de los muflers de decenas de motores y el rugir de grandes camiones volteos irrumpen la tranquilidad y el silencio en la ribera del río Manoguayabo, exactamente en la comunidad Lechería.
Y no es para menos, ya que esta parte del río proporciona el sustento a tres de tipos hombres, que como si se tratara de una empresa donde sin tener que ponchar entrada y salida trabajan de Sol a Sol.
En primer lugar están los hombres hormigas, llamados así ya que de manera individual y a acompañado de una pala, se pasan el día haciendo pequeñas lomas de arena, que luego venderán al granel a los camioneros con lo que hacen negocios.
Los individuos de los camiones volteos, que de manera pala a pala, los llenan, ocupan el segundo lugar, y el tercer lugar es ocupado por los denominados “Mineros” ya que es un grupo de hombres y mujeres que dedican todo el día a la búsqueda de oro. Sobre estos últimos son de lo que hablaremos.
La endémica fiebre del oro en busca de fortuna o debido al desempleo y la falta de oportunidad, ha sido uno de los modus vivindis de los asentamientos en los alrededores de los principales ríos de República Dominicana, desde los tiempos de la colonia.
Revista América Latina
Desde muy temprano en la mañana, el zumbido de los muflers de decenas de motores y el rugir de grandes camiones volteos irrumpen la tranquilidad y el silencio en la ribera del río Manoguayabo, exactamente en la comunidad Lechería.
Y no es para menos, ya que esta parte del río proporciona el sustento a tres de tipos hombres, que como si se tratara de una empresa donde sin tener que ponchar entrada y salida trabajan de Sol a Sol.
En primer lugar están los hombres hormigas, llamados así ya que de manera individual y a acompañado de una pala, se pasan el día haciendo pequeñas lomas de arena, que luego venderán al granel a los camioneros con lo que hacen negocios.
Los individuos de los camiones volteos, que de manera pala a pala, los llenan, ocupan el segundo lugar, y el tercer lugar es ocupado por los denominados “Mineros” ya que es un grupo de hombres y mujeres que dedican todo el día a la búsqueda de oro. Sobre estos últimos son de lo que hablaremos.
La endémica fiebre del oro en busca de fortuna o debido al desempleo y la falta de oportunidad, ha sido uno de los modus vivindis de los asentamientos en los alrededores de los principales ríos de República Dominicana, desde los tiempos de la colonia.
