Entre los inventos más sonados de Furze se encuentra la creación de una garras al estilo de Lobezno, un guante como el de Assassin’s Creed (protagonista de un juego de ficción) con todas sus funcionalidades, o unos zapatos magnéticos que permite andar por las paredes e, incluso, por el techo. Su último invento que ha revolucionado el mundo del ciclismo ha sido la creación de una bicicleta voladora que recibe el nombre de Hoverbike, aunque Furze la describe como una bicicleta voladora/batidora humana. Se podría decir que se ha inspirado en las míticas escenas de E.T. o de Elliot volando bajo la atenta mirada de la luna llena a lo lejos.
Es la primera vez que este fontanero británico de profesión inventa algo por el estilo, a pesar de sus inventos descabellados. El propio Colin Furze considera que es un proyecto que puede alcanzar un auténtico éxito pero que todavía le queda un gran trabajo, tanto a nivel de esfuerzo como de investigación.
Para la creación de esta bicicleta, Furze se ha inspirado en los aparatos voladores típicos de la saga de Star Wars. Tal y como afirma el creador en su canal de YouTube, lleva bastante tiempo trabajando sobre este nuevo proyecto y se siente muy orgulloso del resultado final. En este mismo vídeo, Furze explica que el invento ha podido hacerse realidad gracias al patrocinio que ha recibido por parte de la firma Ford y la campaña de Unlearn.
La bicicleta voladora ha sido creada con materiales que están al alcance de cualquier persona, es más, algunos materiales se utilizan prácticamente en el día a día.
Características de Hoverbike
La primera bicicleta voladora funciona gracias a dos motores que son los responsables de accionar dos hélices, típicas del parapente. Gracias a estos motores, la bicicleta adquiere propulsión y fuerza para mantenerse en el aire. Dispone de una estructura ligera y fácil de maniobrar.
Sin embargo, el invento está todavía poco maduro ya que presenta dos inconvenientes. Uno de ellos es que la potencia necesaria para trasladar a una persona montada sobre una bicicleta de un punto a otro, por muy corto que sea el trayecto es demasiado pequeña.
Otro de los inconvenientes es el ruido que generan los dos motores, provocando un sonido ensordecedor. De esta forma, no sirve como un medio de transporte para usarse durante varios minutos ya que el ciclista acabaría con dolor de cabeza, además que la poca potencia no se lo permitiría por el momento, y tampoco se podría utilizar por ciudad ya que caería en un delito de contaminación acústica. Para esta última intención, Furze debería rebajar los decibelios del ruido de la bicicleta hasta ser prácticamente imperceptibles.
Por el momento, la bicicleta es capaz de levantarse ligeramente del suelo y desplazarse a lo largo de unos poco metros. Eso sí, mantener el control de la bicicleta y dirigirla a la dirección que uno desea es una tarea difícil. No obstante Furze asegura que con la práctica, los ciclistas aprenderán rápidamente a pilotar esta bicicleta voladora. A diferencia del resto de bicicletas, la Hoverbike no incluye pedales ya que el movimiento se realiza gracias a la labor de los motores y las hélices.
