Un poco de genio, otro de locura. Es la misma creatividad que se encuentra latente, y que luego brota furiosa por causas accidentales, episodios traumáticos que con el tiempo se plasman en curiosas expresiones artísticas. Una compulsión creativa que obsesiona a quienes la descubren. Cómo lo ve la ciencia, y qué sienten los protagonistas. Me pregunto si para ser feliz y consustanciado con el propio ser, necesitamos pasar momentos límites. ¿Se podrá buscar un camino alternativo para explorar nuestro potencial sin tocar fondo? M.P
Dos historias. Dos creativos
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Creatividad: ¿una forma de locura?
La creatividad es muy similar a la locura, dicen científicos que han estado estudiando la forma en la que opera la mente.
El centro de control del pensamiento
Creativos y esquizofrénicos comparten la falta de filtros para regular la información que llega al cerebro.
Imágenes del cerebro revelan asombrosas similitudes en los procesos neuronales de las personas altamente creativas y aquellas que padecen de esquizofrenia.
Ambos grupos carecen de importantes receptores que se emplean para filtrar y canalizar el pensamiento.
Según expertos del Instituto Karolinska, en Suecia, puede que este procesamiento desinhibido sea lo que le permite a la gente creativa “pensar fuera de la caja” o lateralmente. Pero en otras personas puede conducir a enfermedades mentales.
Los expertos sospechan que más que una división clara lo que hay es una especie de continuum, que permite a algunos tener rasgos psicóticos pero pocos síntomas negativos.
Arte y sufrimiento. Algunos de los principales artistas, escritores y pensadores de la historia han padecido de enfermedades mentales.
Un ejemplo es el pintor holandés Vincent van Gogh. Otro, el matemático estadounidense John Nash (interpretado por Rusell Crowe en la película “Una mente brillante”)
También se sabe que la creatividad está asociada con un mayor riesgo de depresión, esquizofrenia y desorden bipolar.
La creatividad del pintor español Salvador Dalí también se expresaba en un comportamiento extravagante.
De la misma forma, la gente que tiene familias con una historia de problemas mentales también tiende a ser más creativa.
Y el profesor Fredrik Ullen cree que sus hallazgos pueden explicar por qué.
Ullen estudió los genes receptores de dopamina en el cerebro (D2), que según los expertos controla el pensamiento divergente.
Uno de sus hallazgos fue que la densidad de receptores D2 en el tálamo de la gente creativa que obtenía buenos resultados en las pruebas sobre pensamiento divergente era menor que lo esperado. Lo mismo ocurre con la gente con esquizofrenia.
El tálamo sirve como centro de control, pues filtra la información antes de que llegue a las áreas de la corteza, la que es responsable, entre otras cosas, del conocimiento y el razonamiento.
“Menos receptores D2 en el tálamo probablemente ocasionan un menor grado de filtrado de las señales y por lo tanto un mayor flujo de información”, dijo el profesor Ullen.
El investigador cree que esta abundancia de información no censurada es la chispa que enciende la creatividad.
Esto explicaría por qué la gente muy creativa es capaz de ver las conexiones más insospechadas a la hora de intentar resolver problemas.
Los esquizofrénicos comparten con ellos esa habilidad para hacer asociaciones novedosas, pero en su caso el resultado son ideas extrañas y preocupantes. (ver nota completa en bbc)