Revista América Latina

Crecer en dictadura: Perspectiva del horror de los niños y adolescentes.50 años 50 historias. L@s niñ@s y adolescentes de la dictadura.

Publicado el 24 agosto 2024 por Adriana Goni Godoy @antropomemoria

reseñas
Crecer en dictadura: Perspectiva del horror
de los niños y adolescentes

Luis Guerra Burgos

Crecer en dictadura: Perspectiva del horror

de los niños y adolescentes

Luis Guerra Burgos

Universidad de Chile

¶ Manuel Délano, Fabiana Rodríguez-Pastene, Karen Trajtemberg (2023). 50 años

50 historias. L@s niñ@s y adolescentes de la dictadura. Santiago: Lom, 376 páginas.

Por su relevancia histórica, la dictadura cívico militar ocurrida en Chile a partir del golpe de Estado de 1973 ha sido ampliamente abordada desde una multiplicidad de puntos de vista. Su impacto en nuestra sociedad trasciende hasta el día de hoy, reforzando la urgencia de la memoria, sobre todo respecto de aquellos aspectos invisibilizados o relegados como secundarios frente a la brutalidad de los casos de ejecución, desaparición forzada y tortura.

El libro 50 años 50 historias. L@s niñ@s y adolescentes de la dictadura contribuye al ejercicio indispensable de volver a mirar este periodo, dando voz a personajes silenciados y rescatando el testimonio de quienes, por las circunstancias, asumieron forzosamente un rol secundario en el escenario del horror: los niños, las niñas y los adolescentes. En sus páginas, cincuenta personas adultas narran sus experiencias, configurando un relato coral que afirma lo evidente: la presencia continua de niñas, niños y adolescentes en medio de esta historia tejida entre personajes adultos, y la inevitable afectación de sus trayectorias de vida como consecuencia de la política de persecución, exterminio y tortura dirigida desde el Estado.

La selección de estos cincuenta casos obedece a la vinculación de estas niñas, niños y adolescentes con personas que fueron consideradas «enemigas» del régimen militar, en algunos casos por su militancia activa en partidos políticos y organizaciones de izquierda, y en otros por factores diferentes como su posición de liderazgo social, político, comunitario o simplemente por un contexto donde la sospecha y la violencia eran prácticas cotidianas.

Aunque muchas veces se olvida en el relato oficial, quienes fueron perseguidos, encarcelados, torturados e incluso exterminados por razones políticas tenían un círculo familiar que debió vivir y sobrevivir al trauma y a la pérdida cuando apenas comenzaban su existencia. En este sentido, un valor de este libro es que no se limita a exponer una forma lineal de vinculación familiar, centrándose en padres, madres e hijos e hijas, sino que da cuenta de la enorme diversidad de afectos y relaciones, profundamente interconectada y puesta en juego en el escenario del horror.

Como bien muestra el libro, el hecho de que la victimización de niños, niñas y adolescentes se haya dado por una vinculación familiar, no significó en ningún caso que las vulneraciones de derechos humanos fueran experimentadas en la realidad como un asunto indirecto o lejano, al contrario, los relatos evidencian situaciones de amenaza, violencia, secuestro, separación familiar, exilio, discriminación y exclusión entre muchas otras formas de vulneración de derechos personalmente vivenciadas por estos niños y niñas en el contexto de la ejecución de las acciones que componían el terrorismo de Estado.

Así, algunos relatos dan cuentan de situaciones espeluznantes insertas en esta distorsionada cotidianeidad. Por ejemplo, niños que debieron recibir en su casa a militares y atenderlos mientras estos buscaban evidencia contra sus padres, abuelos, o hermanos mayores, o esperaban su llegada para detenerlos. Niñas y niños muy pequeños tratando de manejar la situación y asumiendo tareas y estrategias de defensa o distracción sin saberlo, «niñ@s y adolescentes de guerra asumiendo roles que ni siquiera terminan de comprender» (Délano, Rodríguez-Pastene y Trajtemberg, 2023: 11).

Otros relatos dan cuenta de las dificultades de vivir en la clandestinidad, o con familiares cercanos en esa situación. En este sentido el texto explora también la fuerte precariedad económica en la que debieron crecer cuando la subsistencia económica dependía de personas que debían mantenerse en la clandestinidad, que permanecían detenidos o, peor aún, que habían sido asesinados o desaparecidos. Así, las vulneraciones de derechos derivadas de la pobreza en que crecieron muchas niñas y niños también son afectaciones que fueron muchas veces ignoradas por la historia oficial.

Hay relatos que se refieren a la experiencia del exilio político, ofreciendo testimonios que profundizan en la diferencia, el desarraigo, la distancia y las ausencias de quienes vivieron forzadamente fuera del país, con otros idiomas y otra cultura. O en la contradicción de experimentar nuevas pertenencias en un país distinto del que sus familias les enseñaron a extrañar.

Finalmente, también hay testimonios de las niñas y los niños que debieron experimentar la pérdida por la ejecución o la desaparición forzada de uno o varios familiares: madres, padres, abuelos, abuelas, tíos, tías, hermanos y hermanas. Los protagonistas de estas historias narran diversas experiencias vinculadas a estas pérdidas, hablan también de mecanismos y formas de enfrentar el dolor, tanto personal como colectivamente. Los relatos nos entregan las memorias de niñas y niños que conocieron a sus padres y guardan el recuerdo de la temprana infancia que compartieron con ellos. Nos entregan también las historias de quienes no conocieron a su madre, padre o ambos, pues apenas habían nacido o nacieron después de que ellos fueron asesinados o desaparecidos; pero, sobre todo, nos hablan del largo después que sigue a estas vivencias.

En las experiencias particulares de cada niño, niña y adolescente, un elemento que se repite es el estigma social que implicaba ser familiar de un perseguido político y la revictimización constante en lo cotidiano. Algunos tenían que tolerar que sus profesores del colegio hicieran apología de la dictadura que les arrebató a sus seres queridos, otros que asistían a colegios en que la mayoría de los estudiantes eran familiares de víctimas de la dictadura. La marca de ser opositor a la dictadura, y por ende ser considerado enemigo solo por «ser familiar de», se mantiene como una constante en estos relatos. Como contrapartida, los testimonios también dan cuenta de la organización colaborativa entre niñas y niños «en una especie de “correo de las brujas” que les permitía enterarse de lo que muchas veces sus padres no podían —o preferían— no contarles», niñas y niños «que encontraron en esa hermandad que solo otorga el dolor compartido, una nueva familia» (Délano, Rodríguez-Pastene y Trajtemberg, 2023: 11).Pese a la realidad de total quebrantamiento de la normalidad que rodeó a estas niñas, niños y adolescentes, y tal como señalan los autores, la resiliencia es la palabra que cruza todos los relatos (Délano, Rodríguez-Pastene y Trajtemberg, 2023: 11). Los entrevistados son sobrevivientes, que en su niñez tuvieron que enfrentar un destino muy difícil sin las herramientas o certezas necesarias, y que hasta el día de hoy viven con las heridas emocionales asociadas a tal experiencia. A pesar de aquello se rehúsan a ser considerados víctimas. «Es lo que me tocó vivir» es una frase que se repite en muchos de los relatos como cristalización de esa autopercepción de sobrevivientes, pero no de víctimas.

Destacando la agencia de estas niñas y niños durante su recorrido biográfico, el libro ahonda en el proceso de desarrollo de un relato personal y en la constante evolución del abordaje de cada uno de los protagonistas frente a su propia historia de vulneración de derechos. Los testimonios revelan las distintas formas de procesar la realidad, que van desde la ya comentada negación de la condición de víctima hasta una reacción, enérgica y militante, de la construcción de espacios de apoyo y solidaridad entre pares, o incluso hasta el afán de distanciamiento de los recuerdos dolorosos.

Los relatos también exploran otras áreas más pedregosas, como las sensaciones y emociones de culpa, el rechazo y el reproche frente a las decisiones familiares que fueron un factor de riesgo. Con todos estos matices, los relatos exponen cómo la huella de la memoria se hace presente como un elemento definitorio y un puente de conexión entre cada experiencia individual contenida en el libro. También aparece como un punto de contacto entre los entrevistados la relación que tienen con los niños y niñas que rodean su entorno actual, en que la experiencia de su propia infancia durante la dictadura es gravitante para modelar el cuidado y la atención con que se vinculan.

Considerando todos estos elementos, el libro nos ofrece una panorámica compleja y profunda de los procesos de crecimiento, formación de identidad y construcción de lazos experimentados por estos niños, niñas y adolescentes, en un escenario contradictorio donde se conjugaban la incertidumbre, el miedo, el duelo y el dolor personal y familiar, con la necesidad de tomar acción, de resistir, o de buscar la verdad y la justicia. Comprender estos procesos y empatizar con sus protagonistas es necesario y enriquecedor para reforzar el compromiso de no repetición y el compromiso con el respeto irrestricto de los derechos humanos de las niñas, los niños y los adolescentes en todo contexto.

Los autores en este libro buscan y logran hacer un ejercicio de memoria que da un nuevo alcance a la comprensión de la magnitud de las vulneraciones de derechos humanos ocurridos en dictadura, principalmente a la dimensión de la herida personal y social provocada por estos hechos. También buscan y logran realizar una denuncia contra el adultocentrismo, a través de la visibilización de la experiencia de estas niñas, niños y adolescentes que son familiares de víctimas de la dictadura militar, entendiendo que ellas y ellos también son víctimas directas de dicha tiranía y nuevamente víctimas por el olvido de sus historias. Es por esto que les invitamos a leer esta obra y contribuir a dar luz a estos relatos.

Sobre el autor

Luis Guerra Burgos es estudiante de la carrera de Derecho de la Universidad de Chile. Es ayudante en el Centro de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Su correo electrónico es [email protected].

https://orcid.org/0009-0003-3703-4730.

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