ANTONIO CRUZ
La demografía como estudio estadístico de la población se ha interesado siempre por la natalidad, el crecimiento y la mortalidad en las sociedades humanas. La inclinación hacia tales asuntos surgió con la explosión demográfica de Occidente a mediados del siglo XVII. Hasta entonces la población mundial había aumentado muy lentamente. Desde los 150 a 300 millones de personas que según se cree poblaban el mundo en los días del Señor Jesús, hasta los 500 ó 600 millones del año 1650, el número de nacimientos y defunciones estuvo más o menos equilibrado. La población tardó en duplicarse más de dieciséis siglos.
Sin embargo, a partir de ese momento la tasa de crecimiento se disparó y en tan sólo doscientos años se volvió a doblar la población. En 1850 ya había 1.200 millones de personas en la tierra y el crecimiento continuaba aumentando. La velocidad de estas duplicaciones se aceleró tal como señalaba la teoría de Malthus, a la que nos referiremos posteriormente. De manera que cien años después, en 1950, el mundo contaba con 2.500 millones de habitantes. Cantidad que volvió de nuevo a duplicarse en tan sólo cuarenta años más.
¿Cuál ha sido la causa de tal explosión?
Puede leer aquí el artículo completo de este escritor y doctor en Biología de fe evangélica, titulado Crecimiento de la población mundial