El crecimiento del emprendimiento o Startup nos parece una verdad inobjetable, pero no lo es cuando se sacrifica a los clientes, con deterioro del producto, disminución del servicio, pérdida de control en la gestión de lo que se produce y se vende.
Cuando un emprendimiento ya se lanzó al mercado y se encuentra funcionando, tus labores de liderazgo, organización y gestión del negocio se siguen realizando para siempre. Siempre que tengas presente que el mejoramiento es continuo y que nunca debes conformarte, podrás sobrevivir en el tiempo y para siempre. Por ello, se dice que el momento más crítico de un negocio se encuentra cuando has alcanzado el éxito, debido a que puedes bajar la guardia, conformarte, y no continuar creciendo y mejorando.
Emprender con éxito
Un emprendimiento podría crecer hipotéticamente de manera ilimitada hasta donde quieras, pero la verdad es que sólo debes hacerlo en la medida en que puedas seguir teniendo el control del mismo, puedas seguir garantizando la satisfacción de tus clientes internos y externos, puedas seguir ofreciendo el servicio para el cual creaste en el pasado una misión. Si dudas que al crecer podrán cambiar las filosofías básicas del negocio, será el momento de reflexionar al respecto y analizar si es mejor no creer tanto.
- No crecer si se pierde control del negocio, pero crecer si encuentras la forma de seguir controlándolo.
- No crecer si deterioras el servicio al cliente, mientras que podrás hacerlo si inviertes en tecnología y talento humano para mantener el servicio y mejorarlo.
- No crecer si empiezas a tocar los clientes de un competidor muy fuerte que puede vencerte, en cambio podrás crecer si puedes competir de igual a igual por el mercado reducido.
- No crecer si tu participación en el negocio disminuye y ya no puedes tomar decisiones, pero si podrás hacerlo si crees que es mejor perder el control de las decisiones a cambio de mejorar tu retorno sobre la inversión y mejorar el posicionamiento de la empresa ante los clientes.
- No crecer si tu producto pierde calidad, mientras que podrás hacerlo en la medida en que el crecimiento se vea reflejado en mejora de los equipos y procesos.
El crecimiento del emprendimiento o Startup nos parece una verdad inobjetable, pero no lo es cuando se sacrifica a los clientes, con deterioro del producto, disminución del servicio, pérdida de control en la gestión de lo que se produce y se vende.
Cuando una empresa familiar intenta crecer demasiado, lo mejor es pensar en dejar la gerencia y la operación en manos externas y objetivas, que sean capaces de enfrentar los nuevos retos del negocio. Se mantendrá el direccionamiento en las juntas directivas como socios, pero se dejará la gestión a terceros, para que no existan conflictos de intereses entre la nostalgia de lo que fue y las necesidades de cambios para enfrentar con éxito el futuro.
Crecer o no crecer el emprendimiento siempre será un dilema, porque el éxito sólo se logrará en la medida en que se guarde el equilibro entre lo que se vende y se produce, entre la promesa de servicio y la garantía de poder ofrecerlo, entre los ingresos y egresos, entre el deseo y la capacidad de volverlo realidad.
Cuando el emprendimiento crece mucho, se hace necesario hacer ajustes a lo que se venía haciendo, ya que se entra a competir en ligas mayores, con competidores más fuertes y eficientes. Muchas veces las fusiones permiten complementar y ganar la experiencia que se requiere para competir en este nuevo escenario. No se puede crecer sin hacer cambios internos que permitan garantizar lo que se ofrece.