Crecimiento interior de la persona a través yoga

Crecer es moverse hacia delante. Cualquier otra cosas es estancarse o, aún peor, emprender una regresión. Ese es el sentido de nuestro viaje en la Tierra: crecer y evolucionar para quitarnos de encima aquellas partes de nosotros mismos que nos impiden vivir en la luz, vivir desde nuestra esencia, desde nuestro auténtico yo. Al eliminar los bloqueos creas un flujo en tu vida y traspasas nuevos umbrales de potencia personal.
La práctica del yoga es una de las grandes vías para perpetuar el crecimiento interior de la persona en todas las áreas de la vida empezando por la física. El yoga nos pincha y nos empuja hasta nuetsros límites físicos, nos obliga a experimentar fronteras que habitualmente no vivimos. Al llegar a ese límite en las asanas se te plantean dos posibilidades: o sigues o abandonas. La elección es siempre tuya.
Lo bueno de seguir una práctica cotidiana de yoga es que esa alternativa de experimentar y estar en nuetsras fronteras físicas te la regalas una y otra vez, y ese ir en cada ocasión un poquito más allá de tus propios límites es la esencia del crecimiento interior de la persona a través del yoga.
Desde el punto de vista físico lo que haces es entrenar a tu cuerpo apra que cruce sus umbrales y así un día poder llegar a más. Sin embargo las lecciones psicológicas que surgen de esa dinámica son lo que de verdad te van a catapultar hacia delante en tu vida.
El crecimiento no se inicia mediante un impulso, ni siquiera con la voluntad; comienza con al aceptación. Sólo se puede crecer hasta llegar más allá de donde se está si, antes de cualquier otra cosa, uno acepta que está donde está. Sólo se pueden empezar a desplazar los propios límites cuando se observan y se aceptan. Nunca vamos a crecer más allá de nuestros límites si no los miramos con claridad y plena disposición.
Enfadarte contigo mismo por encontrarte donde te encuentras no sirve para nada más que para alimentar tu frustación y reforzar tus propios límites, que ahora percibes. Si luchas contra tus límites lo único que conseguirás es que sigan tal y como están.
Todo el mundo comienza siendo principiante – en este contexto en la práctica del yoga – pero los que a lo largo del tiempo pueden llegar a realizar tal asana o tal otra son aquellos que en su momento aceptaron lo poquito que podían hacer y trabajaron desde ahí.
Así que haz lo que puedas desde donde estés y con la capacidades que ahra tengas. Cuando te calmes y atiendas, verás nítidamente dónde se halla tu límite y a partir de ahi podrás llegar hasta él. Recuerda que bloquearte ante lo que no puedes hacer te va a impedir descubrir lo que sí puedes hacer.
En otras palabras y para recapitular, cuando alcances tu límite en una asana o en tu vida cotidiana en vez de ceder ante la frustación o cualquier otra reacciópn que surja, céntrate en tu compromiso de crecer y pregúntate: ¿Dónde estoy ahor amismo, y cómo puedo aceptar, soltar y crecer?.
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