Revista Opinión
Andrés de la PiedraDiego Castrillon Paul Montjoy Forti
El mundo está pasando por un momentode incertidumbre, cambios políticos y crisis económicas. No hay ningúnespecialista que nos pueda determinar a ciencia cierta qué es lo que nos deparael futuro, mas podemos emplear lo sucedido en el pasado para así poder miraradelante con optimismo.Bajo esta premisa, lo más cercano yaplicable a la realidad sería lo sucedido en la crisis del 2008. Ésta, y enconsecuencia también la actual pues el plan de rescate fue solo a corto plazo,se debió fundamentalmente al endeudamiento de algunas personas mal evaluadasque desconocían acerca de la naturaleza de lo que significa un préstamo en elsector inmobiliario; y es que éste se podría ver como una herramienta parasalir adelante, pero si no se aborda con conciencia puede ser un arma de doblefilo, sobre todo en un país como el Perú donde el uso de la doble moneda es unarealidad de todos los días.El Perú, queramos o no, vive bajo lainfluencia de una moneda extranjera, que es el dólar, y que lamentablemente hoypor hoy es una de las más inestables del mundo. Sin embargo, esta tendencia no vaen aumento, muy por el contrario, la dolarización del sistema bancario(presencia de dólares circulando entre bancos) ha disminuido enormemente,gracias a nuestro crecimiento y estabilidad económica continua, lo cual es muybueno, pues hace que nuestra moneda nacional se fortalezca y aumente laconfianza de la gente con respecto a ella. Esto, siempre y cuando estatendencia de desdolarización no llegue al otro extremo, pues en un mundoglobalizado, suprimir el uso del dólar sería como desconectarse de los demáspaíses, ya que no existiría una medida de comercio estándar. Sólo para teneruna idea, en 1996, la presencia de dólares en nuestro sistema bancario era del67,13% y ahora, quince años después, ha disminuido a 39,03%, casi un 30%, segúnel registro del Banco Central de Reserva.Esta tendencia a desdolarizar tambiénse ve reflejada en los indicadores saliariales de nuestro país, pues cada vezhay menos personas que perciben sus ingresos en moneda extranjera y más enmoneda nacional, ya que se han dado cuenta que el nuevo sol no varía a grandescreces con respecto al precio real de un producto que se vende en nuestro país(en soles).¿Pero qué tienen que ver estos datoscon el hecho de pedir un crédito hipotecario? Bueno, tiene mucho que ver, pueslo que ocurre en la actualidad es que éstos se otorgan principalmente endólares y la persona que se endeuda podría terminar pagando mucho más de lo queverdaderamente le costó el inmueble si es que su salario es en otra monedadistinta a la del préstamo. A esta posible variación en el precio real de unbien debido a la devaluación o revaluación de una moneda en relación con otrainternacional, se le conoce como riesgo cambiario.Un ejemplo sencillo de lo quesignifica riesgo cambiario, sería, aunque en escala mucho menor, el ir acomprar dólares a un cambista y que el lunes te oferte un precio de S/.2,90 pordólar y que luego el viernes te cueste, en el mismo cambista, S/.2,80 pordólar. En este caso, existió un riesgo cambiario positivo para el compra peronegativo para el que vende, pues el viernes has adquirido más dólares con lamisma cantidad de soles que empleaste el lunes.Ahora, si llevamos este ejemplo a unarealidad mucho más grande, como son los créditos hipotecarios, obviamente elriesgo cambiario que se corre sería mucho mayor, debido fundamentalmente a dosfactores: el primero de ellos es en sí el precio del bien a adquirir. Comotodos sabemos, un inmueble no es barato, y probablemente representa uno de los mayoresgastos de la persona promedio a lo largo de su vida. Por tanto, al tener unprecio alto, la cantidad de dinero que su puede perder por el factor de riesgocambiario también es alta, el cual de no ser manejado correctamente puederesultar en el desplome financiero de esta persona, sin contar el martirionatural de los intereses.El otro factor relacionado alincremento del riesgo cambiario en los créditos hipotecarios es su naturaleza de largo plazo. Esto es unaconsecuencia del factor anterior, pues al tener el inmueble un precio alto, lapersona pedirá que se le dé el mayor tiempo posible para subsanar la deuda.¿Pero qué tiene de malo tener mástiempo para pagar una deuda? En realidad, si el préstamo es en la moneda en quese percibe el salario, no hay ningún problema pues sabes que lo que pagas ahoracontinuará siendo así a lo largo de todas las cuotas teniendo a los interesescomo única preocupación (a no ser que exista inflación). Sin embargo, cuando elpréstamo es en una moneda diferente a la del salario, al factor intereses se lesuma el riesgo cambiario, ya que no se sabe cómo se comportará la monedaextranjera durante el plazo del préstamo, que normalmente fluctúa entre 10 y 30años, de tal manera que la persona puede terminar pagando más de lo querealmente vale el inmueble; por ejemplo, si alguien que gana en soles compróuna casa en el año 1991 con un valor de cuota de $1000 al mes y un plazo de 10años (hasta 2001) para pagar, durante los primeros 5 años la cantidad de dineropagada en soles fluctuará entre 1100 y 1500 soles, mientras que en los últimos5 años la cuota fluctuará entre 2000 y 3500 soles. Una gran variación total siconsideramos que al final del plazo habremos pagado 120 cuotas, las cuales dehaber sido en soles hubiesen resultado mucho más rentables. Por otro lado también vale aclarar quealgunas veces el riesgo cambiario puede jugar a favor del deudor y que éstetermine pagando menos de lo que en realidad le costó. Un ejemplo podría ser uncrédito concedido en 2001 con la misma cuota mensual de $1000 al mismo tiempode 10 años. Durante este periodo, la tendencia del dólar era a disminuir, porlo que el deudor hubiese tenido que pagar en los primeros cinco años cuotas quefluctuasen entre 3000 y 3400 soles, mas por el contrario en los últimos cincoaños esta cuota hubiese disminuido a un promedio entre 2500 y 2900 soles. Ladiferencia quizás no es mucha, pero al final terminó pagando menos del valorque hubiese tenido sin el riesgo cambiario. Lo que sucede es que es muy difícilsaber con certeza cómo se comportará el dólar en un periodo de tiempocualquiera, y más difícil aún si se trata de periodos largos de tiempo. A esohay que sumarle que la mayoría de personas que piden un préstamo ignoran elriesgo que este implica y todas las incertidumbres que se viven en su contextocontemporáneo.Luego de esto podría parecer queestamos en contra de los créditos en dólares, mas no es así. Lo que nosotrosrecomendamos es que la persona se endeude en la moneda en que percibe susprincipales ingresos, es decir si gana en soles, el crédito hipotecario debeser en soles y lo mismo si gana en dólares, para que de esta manera no corra ese riesgo cambiario que en lamayoría de ocasiones resulta perjudicial para las finanzas del deudor. Esto alargo plazo ocasionaría que las personas no puedan pagar sus créditos y enconsecuencia podrían perder sus inmuebles. Posteriormente, si esto segeneraliza, es decir se aplica a gran porcentaje de los deudores, generaría unagran burbuja en nuestra economía que en algún momento podría colapsar causandouna crisis como la de Estados Unidos en el 2008, de la que actualmente aún nose puede librar.