Qué felicidad, después de haber visto y disfrutado de John Fogerty en Hoyos del Espino, Ávila, el 5 de julio, aquello es ya inolvidable por múltiples motivos. Ahora toca hablar de un disco clave en la historia del rock and roll, el Green River que estos cuatro chicos americanos comandados por Mr.Fogerty grabaron en 1969. Es el tercer disco del grupo en 2 años, de hecho 1969 lo empiezan editando Bayou Country, otro compendio de rock and roll sureño de caerse de espaldas. La música tradicional de raíz americana, el blues, el folk y el country todos mezclados es la coctelera perfecta en la que esta banda se movía como pez en el agua, y cuyo resultado era un rock and roll de altos vuelos.Se trata de un disco sin altibajos y de un nivel excepcional de principio a fin, factoría Creedence 100% para servir a sus oídos.La habilidad compositiva de John Fogerty, su acritud en la forma de cantar y su poco valorada ejecución guitarrera alcanzan aquí uno de los puntos más álgidos de la carrera de la banda, que ni que decir tiene que estaban en estado de gracia.
El disco empieza con el tema que da título al disco, Green River, riff de guitarra glorioso, y la entrada de la batería, como si el ejército entrara a la batalla, pero amigos y amigas, la voz de John en este corte es de los que hielan la sangre, además de unos punteos de guitarra que son puro rock sureño y pantanoso. Sigue el álbum con Commotion, un rock agresivo, ácido, con unos brutales cambios de ritmo, aderezados por una banda que era un cañón de sonido, el que no se mueva con este tema no tiene sangre. Tombstone shadow es un tema misterioso, a medio tiempo, pero comandado por la voz del maestro John que hace que se te quede incrustada a velocidad de vértigo en le cabezota, rollo bluesero total del temazo. Wrote a song for everyone cerraba la primera cara del vinilo y es una balada preciosa, en tono medio, que dio título el año pasado al disco de duetos del que fuese líder del grupo, deliciosa pieza country inolvidable.Bad moon rising, que comenzaba la segunda cara, es una de esas canciones que te alegran un mal día, uno de esos temas alegres que contagian, melodía, ritmo, y vozarrón... de esos temas que te aprendes sin querer con además un precioso punteo solista. Lodi es un tema dedicado a la ciudad californiana que John decía no haber visitado nunca, precioso tema a medio tiempo, de melodía cadenciosa y perfectamente ejecutada. Cross-Tie Walker con ese inicio tan country que engancha, y ese aire a tema de tren americano que llega a la estación que la verdad es que lo bordan, además de esas "caídas rítmicas" míticas. Sinister purpose es un blues puro y duro, muy ácido, donde la sección rítmica destaca y hace que el tema suene muy compacto, con las guitarras en estado de levitación. The night time is the right time cierra la joya, ese tema que interpretaba Ray Charles, y donde se demuestra que estos californianos bebían también del soul y el gospel de raíz negra... con quien os quedais ¿con Ray o con John? Difícil ehhh.....
En resumen, canciones que forman parte de mi alma rockera, de mi médula espinal musical y sin las que la vida simplemente no sería igual, porque sin ellas seríamos más pobres de lo que ya somos. Nunca se olviden de que esto eran canciones en mayúsculas, grabadas con calidad, sentimiento y mucha clase. Ahí es nada... Green River damas y caballeros.
Este post fue escrito por mi para Exile SH Magazine y ahora reposa en mi espacio.