Revista Coaching

¿creéis esta forma de despedir adecuada?

Por Juanmartinezsalinas76

El otro día estuve viendo en el cine la película “Up in the Air”, del director de Cine Jason Reitman, protagonizada por el actor George Clooney. Es una película que tenia interés en ver. La recomiendo encarecidamente porque trata, sin darle demasiada importancia eso sí, al hábito de despedir a trabajadores, independientemente del puesto que ocupen.

Descuidad que no voy a desvelar el final ni el desarrollo para los que aun no habéis tenido ocasión de verla.

El protagonista trabaja en una empresa de recolocación que se encarga de efectuar el despido de los trabajadores de sus clientes cuando estos no se atreven a efectuarlos ellos mismos; tras el despido, les ayudan supuestamente a enfocar su carrera profesional. Su excitante trabajo consiste en comunicar despidos por todo el país sin importar el motivo y sin entrar en él. Intentan hacer ver a los trabajadores que pasan por este trance que existe luz al final de túnel. A esta organización, en un momento dado, debido al volumen de trabajo que tienen y para ahorrar costes de viaje, deciden automatizar el sistema y en vez de despedir en persona, optan por hacerlo vía Web cam; la precursora del nuevo sistema insiste que existe la misma humanidad de esta forma.

Por supuesto, en la realidad, existe esta frialdad e hipocresía en los despidos, haciendo a las personas que los sufren, sentirse como el último monigote. Para empezar, me parece increíble que algunas empresas tengan que recurrir a consultores externos para despedir a personas que hasta ese momento han trabajado estrechamente con ese empresario y que, al menos, necesitan saber de mano de su superior las razones por las que se prescinde de sus servicios. Igualmente, antes de tomar esta decisión drástica, es adecuado dar un toque de atención porque, salvo en casos muy flagrantes, todo el mundo se merece una segunda oportunidad para enmendarse.

Luego no se debe olvidar que por muy mecánico que parezca el despido, estamos tratando con personas con sus sentimientos y debemos tratarles con respeto y dignidad. Así que se debe dedicar tiempo al despido para que el trabajador pueda desahogarse y pasar el trance lo mejor posible. Y tiene derecho a que le expliquen las razones que impulsaron esa decisión de una forma constructiva, comunicada por una persona conocida y cercana de la compañía. Determinadas cosas no se pueden externalizar y menos, los que conllevan un trato directo con las personas porque ahí es donde se marca la diferencia entre las organizaciones. Cada persona es un mundo y cada despido es diferente y tiene sus connotaciones. Deberemos enfocar cada despido en función del conocimiento que tengamos de cada persona y previendo la reacción de cada uno y aun así no acertaremos porque la forma de encajar esto es imprevisible por múltiples factores. Desaconsejo utilizar clichés trasnochados como “esta es una gran oportunidad y en el fondo te hacemos un gran favor” ¿Qué favor? La  persona se queda sin trabajo pero su vida y gastos, continúan. Debéis tratar a las personas que os toque despedir como os gustaría que os tratasen a vosotros en esa situación.

Esas personas de las que prescindís han trabajado con vosotros, aportando cosas positivas y en esos momentos, necesitan vuestro soporte de forma adecuada porque, independientemente de que ya no forme parte de vuestra compañía, sigue siendo importante porque la vida da muchas vueltas.

De la misma forma, queda patente en esta película que a veces determinados discursos están vacíos de realidad y que se sopesan sobre una mentira que nos hemos creído por no querer asumir la dura verdad.

Igualmente, el despedir es la parte fea de los recursos humanos y a uno, por muchos años que lleve haciéndolo, no le gusta tener que acometer esta función. No olvidemos que todas las personas tienen grandes competencias y otras que mejorar. Es cuestión de encajar con la filosofía, tipo de responsables, perfil buscado, etc. y no tanto de valía y productividad. No todo el mundo encaja en todas las organizaciones ni todas las empresas serán adecuadas para vosotros. ¿Cuantos trabajadores, si pudiesen, despedirían a sus empresas actuales sin dudarlo, sin embargo, no lo hacen? Esa decisión conlleva consecuencias que no se pueden tomar con la cabeza caliente.

En esta vida en los momentos más difíciles es cuando hay que dar la cara y demostrar lo que somos. Porque el tirar la piedra y esconder la mano es de cobardes, independientemente del puesto y organización en el que estéis.

¿Creéis esta forma de despedir adecuada?


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