Espero que sepáis perdonar mi ausencia. En estos días he dedicado prácticamente todo mi tiempo a una nueva causa, la denuncia pública de un hecho increíble pero absolutamente cierto: Han separado a una bebé de su madre porque ésta se negó a destetarle.
He leído mucho en estos días sobre este caso. Se han manifestado desde todos los blogs, espacios virtuales dedicados a la maternidad, desde las asociaciones, desde instituciones públicas y privadas. Han contado lo sucedido y no quiero repetirme. Simplemente deciros que os puedo asegurar que lo que hemos contado es poco.
Sí. He estado allí. Sé de primera mano lo que ha pasado. Acompañando a mi querida y gran amiga Ibone, mujer y profesional admirable donde las haya.
Todo esto es tan tremendo e imposible de imaginar, que puedo entender a todas aquellas personas que no se lo creen y que cuestionan lo acontecido. A quienes están preguntando ¿pero seguro que hay algo más, no?
No lo hay. Conozco a Habiba personalmente y no me ha dado la impresión de ser nada de lo que se dice. Se le ve serena. Enfadada, sí... pero madura y responsable. Tiene 22 años. Esta mañana alguien "oficial" se había permitido decir que no tiene la madurez suficiente para afrontar la maternidad. Me molestó personalmente ese comentario. Yo me quedé embarazada con 18 y siempre me sentí apta.
Me pregunto qué hubiese pasado de tener yo esa situación con mi hijita pequeña... Seguramente tampoco hubiese tenido la "estabilidad emocional" que le exigen a Habiba. Qué madre podría estar "estable" ante el secuestro (no encuentro otra palabra...) de un hijo?
Pero además, se me ocurre otra cuestión. Si un día paso alguna necesidad, si me veo en la circunstancia de tener que pedir comida, asilo, un techo... ya sé que puerta no tocaré jamás. Recordemos que Habiba estaba en una casa de ACOGIDA en la que debía estar protegida y cuidada. Animada a tener un buen vínculo con su bebé, a levantar su autoestima. En vez de eso le hemos hecho daño de la peor forma posible.
Hemos presentado todos los recursos, movido todas las redes. ¿Qué más podemos hacer? Por la tarde algunas cuantas mujeres estuvimos en Gran Vía, 14 en señal de protesta. Habiba estuvo allí, junto a nosotras. Acariciando a otros bebés y hablando con otras madres. Poca gente se dio cuenta de que ELLA era Habiba.
Pasó desapercibida. ¿Y cómo ha podido suceder esto? La razón es simple: Es una madre como nosotras y eso nos tendría que hacer reflexionar: ninguna de nosotras está libre de este maltrato. Todas somos ella.
Hoy es mi cumpleaños; me pido un deseo: Que estén juntas otra vez.