Por Ana María Constaín
Inmersos en nuestro sistema de creencias, vivimos
reaccionando a una lógica aprendida.
Cuántos no se puede.
Es imposible,
Eso es así
Es muy difícil
Hay que ser realistas,
tiñen nuestros días, alejándonos de la vida que queremos.
Vamos cumpliendo guiones ajenos, asumiendo verdades
prestadas, respondiendo a patrones de los que pareciéramos no tener ningún
escape.
Así es la vida, nos decimos.
En la lógica de causa - efecto, no hacemos más que confirmar
que nuestras ideas acerca de la realidad son la verdad.
Una realidad lineal que responde a nuestro nivel de
consciencia.
La magia pertenece a un mundo infantil que los adultos
tenemos que superar y la posibilidad de crear otras realidades está en el
territorio de los ilusos, incapaces de madurar asumiendo la responsabilidad de
la adultez.
Creer es de valientes
Atreverse a cuestionar los paradigmas conocidos y las
verdades aprendidas
Desafiar las teorías escritas en piedra,
Ignorar las estadísticas
Dudar de los sentidos
Atravesar las barreras de lo físico
Renunciar a ser víctimas de una realidad que se nos impone
sin ninguna opción.
Es de valientes comprender que todo es imposible hasta que
no lo es.
Adentrarse al mundo interior en el encuentro con nuestra
propia voz
Habitar el espacio en el que pensamientos, emociones y sensaciones
simplemente pasan dejando sus mensajes para guiarnos a nuestra esencia.
Atravesar todas las capas de programas ajenos, para acceder
al punto 0. Nuestro centro. La nada y el todo.
Ese lugar sin tiempo ni forma en el que todo, absolutamente
todo es posible.
Creer es de valientes,
Creer en el Amor como energía creadora, sanadora,
Trascendiendo el amor romántico, el amor distorsionado,
condicionado, dependiente.
Para ser el Amor que es fuente y origen. Expansivo.
Que no tiene objeto, sino que es, y en cuya resonancia todos
nos encontramos.
Es de valientes, trascender del pensamiento mágico a la
certeza de la magia.
Sabernos creadores,
Recordar que la vida no es más que la proyección de nuestro
mundo interno.
Lo que creemos creamos. Lo que experimentamos no es más que
un reflejo de lo que necesitamos ver.
Si, Creer es de valientes
Ver en la humanidad la divinidad, a pesar de tener tantas pruebas
que lo contradigan.
Elegir vibrar más alto, cuando nos sentimos atrapados en el
miedo, la duda, la ira,
Tener la certeza de la luz, en la más profunda oscuridad.
Navegar guiados por una intuición escondida y olvidada, reemplazada por la era de la razón.
Es de valientes,
Porque creer, va en contra de lo que parece evidente, de la
lógica que nos gobierna, de las verdades que nos enseñan.
Hace falta bordear la locura, exponerse al juicio, apaciguar
las voces internas, perseverar, insistir
Tener la disciplina de volver una y otra vez a nuestro
centro, cuando las corrientes nos llevan por tantos lugares
Encontrar la confianza oculta en la confusión
Creer es de valientes, y la recompensa para aquellos que se
atreven,
Es experimentar la vida como un milagro permanente