Creo en
el reflejo de las líneas
de tu figura a la sombra
de las
velas, de una pasión
que por
fuera y por dentro me sonroja,
hasta
que de felicidad tiembla.
Creo en
ti y en el ahora.
En el ímpetu y en la Noche del fuego.
Creo en
el interior de los besos,
en el
vino blanco que empapa tus labios,
en los
bucles de tu cabello rizado;
mientras
la luna llena señala la hora
de
entre las nubes, desnudos bañarnos.
Creo en
ti y en el ahora.
En la
energía y en la fuente, en ese manantial de esperanza y vida.
Creo en
acercarme
a la
luz que desprendes,
esencia
de auténtica mujer,
y segundo
a segundo,
sentir
como te envuelve.
Creo en
ti y en el ahora.
En ser
río, pureza, valle y… selva.
Creo en
el juego de esa niña pecosa
encerrada
y cautelosa.
¡Como
disfrutas curiosa!
cuando
tus párpados
alas de
mariposa,
se
baten y entreabren
para
descubrir nuevas cosas.
Creo en
ti y en el ahora.
En
lechuzas, sirenas y mujeres-pantera.
Creo en
ti y en el ahora.
En ser diana
y… flecha.
Creo en
ser arrumaco
sin el
más mínimo contacto.
Creo en
ser uno
sin el
mayor de los abrazos.
Creo en
ti y en el ahora.
En el
amor y en la hoguera de las timideces.
Creo en
concebir y acariciar
tanto las
delicadas flores de la copa de jazmín,
como revestir
y apreciar su perfume acicalando a tu cuerpo
a cada
paso de mi visión-labios-nariz.
Creo en
ti y en el ahora.
En el
baile y tu vaivén.
Creo en
la belleza de como saludas y besas.
En tu
forma de ser abierta y constelada,
luminosa
en el amar y misteriosa en la mirada.
Creo en
ti y en el ahora.
En el
comienzo. En la aurora.
En la
salida de ese río-tren que despunta al alba
que
recorre cómo si fueran sus cuencas-vías,
al
compás del parapente sol;
los
hoyuelos de la felicidad de tu cara.
Eres del
día, la sonrisa.
La ebria
mañana enamorada
que surge
de los latidos de la Noche
y
realiza, la travesía de navegar
con el
corazón descalzo,
por la orilla
de la mar salada.
Creo en
ti y en el ahora.
No en
el destino-sentido
que
para los relojes,
destruye
y desune el tiempo
cayendo
en el olvido.
Creo en
ti y en el ahora.
Sí, en
los sentidos-destino.
Creo en
percibir los vuelos de los sueños,
en
calmar los llantos de los niños,
en
pergeñar los deseos y también creo
en la realidad
de tu cielo despierto.
Creo en
cada aire, en cada estrella fugaz,
en cada
respiración aprovechada,
en cada
viso de eterna humanidad.
Ahora
creo en ti y mucho más allá.
¡¡¡ Felicidades No(ch)e !!!
Chema García
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