Una merienda muy sana y refrescante de ahora en adelante puede ser un buen bol de frutas variadas y de temporada pasadas por la batidora y adornadas con semillas de amapola por ejemplo, como en este caso que utilicé: una manzana, una pera, un plátano, el zumo de una naranja y un buen puñado de fresas recién recolectadas de la huerta.
Jugad con los colores y combinaciones de sabores que más os gusten, seguro que cuando la probéis os resultará deliciosa. Pero sobre todo aseguraros que la fruta sea ecológica ya que de lo contrario os exponéis a tomar con ella un cóctel de aditivos artificiales. Estos aditivos, que en pequeñas cantidades aseguran no ser tóxicos (con lo que no estoy de acuerdo) son añadidos a los alimentos para que duren más tiempo después de su recogida, hasta que llegan al supermercado donde todavía seguirán brillando en todo su “esplendor” (esplendor ficticio y peligroso por cierto).
Así que procurad dos cosas: primera consumir fruta ecológica, libre de pesticidas y aditivos artificiales y segunda que sea fruta de la temporada, que no haya tenido que hacer un largo viaje desde la recolección hasta vuestra mesa.
¡Vuestra salud os lo agradecerá!