En este último año, Canal plus ha dado otro paso más de gigante en su afán de hacernos llegar ficciones de calidad, embarcándose esta vez en la creación de series de producción propia (os juro que no me pagan, ya quisiera). De esta manera ya no sólo se dedican a traernos las mejores series del panorama actual, centrándose especialmente en las de la cadena
HBO (con la cual tienen un muy estimulante y productivo acuerdo), sino que también se han fijado como meta a corto y largo plazo, la creación de sus propias series siempre en la línea (tanto de calidad como de producción, en la medida de lo posible) de dicha cadena de pago americana. Precisamente de esa iniciativa nació hace ya unos cuantos meses la comedia ¿Qué fue de Jorge Sanz?, y poco después la mini serie dramática Crematorio. Dos ficciones con formatos y recursos muy diferentes a lo que estábamos acostumbrados a ver en España (principalmente en las cadenas generalistas), y que llegaron con la sólida intención de hacernos creer que otro tipo de ficción es posible en nuestro país, ¿lo habrán conseguido? Veámoslo…
"Pepe Sancho, como casi todos los actores
de la serie, está inconmensurable"
Uno de los grandes problemas de las series españolas, especialmente las dramáticas, es la duración excesiva de sus episodios que, con frecuencia, suelen acabar en ninguna parte. Si te pones a ver un capítulo de cualquier serie de calidad técnica más que aceptable como La señora, Águila roja, o Amar en tiempos revueltos, te darás cuenta enseguida que, a pesar de su excelente ambientación, y sus buenos intérpretes (¡sí, has leído bien!), las tramas no acaban de concretarse nunca, estiradas y encorsetadas hasta el infinito en episodios que se van más allá de la hora larga de duración. El formato americano (extendido ya por todo el mundo menos aquí), que abarca desde los 40 minutos oficiales, hasta apenas la hora para lo que suelen ser las series de cable, es el más indicado para poder contar una historia episódica de media o larga duración, con coherencia y firmeza narrativa, sin salirse por la tangente o dispersase o perderse en exceso por el camino.
"Como en El Sequito (de HBO), la comedia de Canal +
se caracteriza por tener multitud de cameos famosos"
Por esta razón, Canal plus no ha dudado en adaptarse a este formato, y con su nuevo juguete seriéfilo favorito llamado Crematorio, nos ha regalado ocho episodios perfectos, en duración y conclusiones finales, haciendo un estupendo trabajo, no sólo de adaptación literaria, sino también de composición y estructuración de personajes y tramas. A mayor optimización de recursos narrativos mejores resultados, y mayor contundencia en lo que se quiere contar. Y si a eso le sumamos el disponer de mucho más tiempo para la planificación de las escenas, para la interiorización de los personajes por parte de los actores, y para poder perfilar y ajustar mejor los diálogos y las distintas situaciones de las diferentes tramas, al final lo que se consigue es un resultado final impecable de una calidad técnica y artística incuestionable.
En cuanto a ¿Qué fue de Jorge Sanz? la manera de afrontar y exponer el proyecto no es muy diferente a la de Crematorio. Las dos buscan un público inquieto y también algo elitista que no se conforme con el tipo de historias y la producción de siempre a la que nos tienen acostumbrados las cadenas generalistas. Apoyándose (quizá demasiado) en formatos como
Larry David de HBO, o
Louie de FX, ¿Qué fue de Jorge Sanz? se diferencia de esas series y gana altura, principalmente por favorecerse del recuerdo colectivo que todos tenemos del personaje/persona que la protagoniza. Si el humor de Larry David es más personal, pero al fin y al cabo universal, el de
Jorge Sanz es puramente cañí, y eso la hace única y original. Además, si el estar rodada en exteriores la aleja un tanto de la mayoría de comedias españolas como puedan ser Aida o Siete vidas, el impregnar su humor con varias capas de melancolía y realismo social la acaba de diferenciar por completo de éstas, haciéndola mucho más intensa y estimulante.
En resumen, dos nuevas series que, además de ser españoladas (y a mucha honra) son ficciones de una calidad excelente.