El escultor israelí Micha Ullman se hizo famoso en Alemania con un “monumento” poco común. La “biblioteca“subterránea en la plaza berlinesa August-Bebel-Platz. Es un espacio cuadrado, integrado en la tierra, en las paredes hay estanterías vacías. En esta biblioteca faltan los libros. Los visitantes ven a través de un cristal la sala que por las tardes y noches está bien iluminada, en el lugar exacto donde el 10 de Mayo de 1933 los nacionalsocialistas quemaron decenas de miles de libros. Estudiantes de la Universidad Humboldt situada directamente enfrente del lugar, fueron los autores principales ese día.El arte, como el psicoanálisis, tienen esa esperanza de hacernos ver, de despertarnos y ponernos a mirar, a comprometernos en eso que develamos por más doloroso que sea, para que por medio de la palabra, eso tan doloroso, indecible y atroz, ocupe otro lugar.
Esta obra no muestra. No hay imagen, los adoquines no se ven, los libros no están. El monumento muestra que hay que hablar sobre lo que representa ese lugar, hay que poner en palabras el por qué de la Ausencia.