Revista Cultura y Ocio
"Son las 2:46 y sigo despierto. Hay varias causas para el insomnio, como una glándula tiroides hiperactiva, la diabetes, los espasmos musculares violentos, una comida pesada o el exceso de cafeína. El insomnio también puede ser resultado del estrés. Estoy estresado porque pienso en Keith y en que mató a su ex mujer."
Leí Lolito hace tiempo y descubrí a un irreverente y jovencísimo escritor que parecía tener mucho que decir y pocas ganas de morderse la lengua. Me quedé con ganas de más. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Crezco.
Conocemos a Jasper y su grupo de amigos cuando está cerca de cumplir los dieciocho. Les acompañamos en su vida, sus correrías y sus impulsos.
Hay una suerte de atracción para determinado tipo de lectores por las historias de momentos claves en la vida de las personas normales. No buscan guerras, desdichas o desgracias, sino personas. Y uno de los momentos determinantes en la vida de cualquiera, es ese que llaman de iniciación a la vida adulta. Y eso es lo que nos cuenta Ben Brooks en esta novela.
Crezco es justo ese paso de la infancia a la edad adulta llamado adolescencia y que viene marcado por experiencias muchas veces no contadas, o no reconocidas, pero pasadas por muchos. es cierto que Jasper, en este caso, vive un poco más al límite de lo normal, pero si durante la lectura ampliamos miras, descubrimos que es un personaje tan normal como preocupante. Las hormonas, el sexo, la bebida y las drogas que son de fácil acceso cuando uno ronda los dieciocho pueblan las páginas de esta novela en la que un adolescente se confiesa como no lo haría siquiera en un diario por miedo a ser descubierto.
Las críticas hacia esta obra de Ben, son practica mente encontradas, como supongo que puede serlo su lectura. Por un lado, a mayor cercanía con el protagonista, mayor reconocimiento hacia lo expresado. Tal vez no tan marcado, no tan extremo, pero ahí está. La pulsión por experimentar, por el porno ahora tan accesible en las redes, ese momento en que uno no sabe si avanza o retrocede pero que algo le impide volver atrás y, a fin de cuentas, tampoco es tan malo querer vivir y mirar un poquito menos los estudios. La apatía latente hacia el propio hogar y el compañerismo casi hermanado con esas personas que están tan cerca de nosotros durante esa época. Nuestros verdaderos confidentes. La segunda lectura puede hacerse casi desde el miedo. Desde una edad adulta que olvida aquellos días, porque no los vivió (dicho esto con la boca grande o pequeña) o porque tiene a alguien cercano que no quiere pensar lo que hace mientras dice que estudia.
Crezco es ante todo honesta, de ahí el miedo que puede provocar. Es fácil distanciarse de un protagonista asesino o ladrón de bancos, pero el adolescente que dice que estudia mientras se va con amigos, no nos es tan ajeno. No le disculpamos, vemos su error, pero hasta cierto punto somos capaces de entender por lo que pasa. Y eso es lo que nos parece aterrador y conmovedor al mismo tiempo. acabamos reconociendo en su protagonista al amigo, al vecino...
No entraré a valorar si coger el entorno y reflejarlo cargando un poco las tintas tiene más o menos mérito, eso es cuestión de cada cual. Como novela social, como reflejo realista, es una novela francamente acertada que no se pierde en hilos secundarios que oculten lo que realmente nos quiere mostrar. no llega al exceso de Trainspotting, ni tampoco creo que esa sea la intención del autor. En realidad creo que si tuviera que hacer un resumen, este sería algo así como: lo que ves, es lo que muchas veces hay.
Me gusta Ben Brooks: es gamberro, irreverente, inteligente y mordaz. Y consigue algo complicado: que entendamos a sus protagonistas, en este caso un joven situado en el umbral de la edad adulta, complicada fase.
Por cierto que me parece un libro estéticamente precioso. Y cada vez me fijo más en esas cosas. Y vosotros, ¿os fijáis en si un libro es o no bonito por fuera a la hora de elegirlo?
Gracias.