Páginas: 560
ISBN: 9788415140047
Precio: 10€
A veces es bueno fiarse de la intuición. Me encanta escribir y leer reseñas, pero en ocasiones basta un título o una portada sugerente para que empiece a babear y me encapriche del libro en cuestión. Si además las críticas lo alaban —caso de Criadas y señoras, que se ha convertido en todo un best seller en su país de origen—, mejor que mejor. Salvo que en lo que queda de año se alineen los planetas, puedo decir que esta novela es la última que se lleva mi máxima puntuación de este 2010. Y no, no es porque las Navidades me hagan sentir generosa: el libro lo vale y punto.
Sinopsis
Jackson, Misispi, 1962. Aibileen es una criada negra de cincuenta y tres años que se encarga de cuidar a la hija de una de las señoritas del pueblo. A pesar de haber tenido una vida difícil, consigue sacar fuerzas de dentro para salir adelante y dar todo su cariño a la niña e intentar inculcarle buenos valores. Sin embargo, se encuentra con muchos baches en su profesión: el último ha sido tener que usar un lavabo especial para el servicio que se encuentra en el garaje, todo por una propuesta de la mujer blanca más influyente de la localidad para evitar que los negros les contagien enfermedades.
Aibileen tiene una amiga, Minny, que también trabaja como asistenta. A diferencia de la bondadosa Aibi, Minny tiene la lengua afilada y su incapacidad para cerrar el pico le ha hecho ganarse una mala reputación en Jackson. Cuando parecía que nadie iba a contratarla tras su último despido, la suerte se puso de su lado y encontró a un matrimonio recién llegado que no estaba al tanto de su fama. Además, la mujer, Miss Celia, es de orígenes humildes y no consigue entrar en la Liga de Damas, por lo que todavía lo tiene más difícil para descubrir el historial de Minny.
En el libro también hay un lugar para una protagonista blanca (a todas luces inspiradísima en la propia autora): Miss Skeeter, una joven de veintitrés años que acaba de terminar sus estudios universitarios. A diferencia de su mejor amiga —la que tuvo la idea de los retretes—,tiene una mentalidad avanzada para su tiempo y no le preocupa encontrar un marido ni peinarse de la forma adecuada. El sueño de Skeeter es ser escritora y, mientras busca un tema original para su primer libro, los recuerdos de la criada que la cuidó de pequeña llegan a su mente.
Las vidas de estas tres mujeres tan diferentes se entrecruzan para formar el hilo narrativo de esta novela: un proyecto liberador para las criadas y esperanzador para todos. Pero la historia va mucho más allá de eso: Aibileen, Minny y Skeeter arrastran a las personas de su alrededor y nos permiten conocer una gran cantidad de relatos a través de la lectura, desde el pasado de Aibileen a los problemas en casa de Minny, sin olvidar la trama amorosa de la joven Skeeter. ¿Estáis dispuestos a dejaros llevar por la fuerza de estas tres protagonistas maravillosas?
Estilo
Tal y como se dice en el propio libro, su estilo es sencillo pero hermoso. En otras palabras: está bien escrito y te sumerge en sus páginas, mas no encontraréis fragmentos rimbombantes ni descripciones pesadas (por mí perfecto, oye). Me gusta que se plasme el lenguaje coloquial de las criadas y que a la hora de narrar cada una se exprese de una forma distinta (tened en cuenta que cada capítulo está narrado por una de las tres protagonistas): Aibileen con su humildad y su dulzura, Minny con su garra, y Skeeter como la joven inteligente que es. Aprovecho para decir que los cambios de narradora están muy bien hechos, no se pierde el hilo y todas me han atrapado por igual, no puedo decir que los fragmentos de X personajes me resultaran más pesados. Por otra parte, la novela engancha desde el principio sin ser tampoco un thriller. Aunque por su extensión parezca largo, el texto es muy ameno y no me ha aburrido en ningún momento (y ya sabéis que yo soy de aburrirme fácilmente), así que no tiene que echaros para atrás por ese motivo. Por último, destaco el sentido del humor que desprende a pesar de la dureza de algunas situaciones.Ambientación
Jackson es una localidad del sur de los Estados Unidos, de modo que estamos ante un libro de la popular ambientación sureña (que a mí cada vez me entusiasma más): habitantes con mentalidad clasista y retrógrada, mujeres catetas en asociaciones como la Liga de las Damas o las Hijas de la Revolución Americana, negros esclavos y apartados de las casas de los blancos, etc. Por supuesto, también hay un lugar para el Atticus Finch de turno, que en este caso responde al nombre de Eugenia Skeeter Phelan. Además, se hacen menciones a dos clásicos sureños: Matar un ruiseñor y Lo que el viento se llevó. Como veis, no cuesta nada familiarizarse con el entorno y desde las primeras páginas sientes que formas parte del pueblo.Impresiones
Me cuesta definir el libro sin tener la impresión de que me quedo corta. Criadas y señoras es una historia entrañable, capaz de transmitir una sensación reconfortante a la vez que afronta momentos complicados. Esto es, evita los dramatismos y se convierte en uno de esos relatos que dejan buen sabor de boca a pesar de la penosa situación que plasma. Las criadas deben pasar por momentos de lo más humillantes, pero la autora no enfoca el tema desde un punto de vista dramático, sino desde una persona que acepta lo que le ha tocado vivir e intenta ver el lado positivo de las cosas. Las escenas en las que las mujeres negras se apoyan entre ellas son preciosas. [Inciso: aunque no tenga nada que ver en el contexto y el argumento, Un árbol crece en Brooklyn de Betty Smith también cumple lo que digo en estas líneas y puede gustaros si os gustó Criadas y señoras, y viceversa. No viene muy a cuento en la opinión, pero mientras leía me acordé de esta delicia que también valoré con un 10/10 en su momento.]A pesar de la sencillez (hermosa) de su prosa, se nota que la novela está cuidada en los detalles y se ha puesto mucho esmero en escribirla: hay una gran cantidad de tramas secundarias y muchas escenas memorables, unas duras y otras entrañables. Por no hablar del sentido del humor y el buen rollo que desprende desde las primeras líneas, un rasgo propio de un escritor experimentado aunque no olvidemos que se trata de la primera obra de Kathryn Stockett (y la pobre lo va a tener muy difícil para superarse de ahora en adelante). No nos dejemos engañar por la facilidad con la que plasma cada escena; precisamente presentarlo todo con ‘facilidad’ sin perder la gracia es dificilísimo.
Los personajes son todos maravillosos, desde las protagonistas hasta el secundario que solo habla una vez. La autora perfila perfectamente los caracteres de las mujeres y te implica en sus vidas, consigue que todas te caigan bien a pesar de ser tan diferentes entre ellas. Yo en particular me he sentido un poco identificada con Skeeter —el bicho raro que quiere escribir mientras sus amigas tienen la cabeza en otra parte—, aunque no me costaba nada relacionar las personalidades de los demás con gente de mi alrededor. Resulta interesantísimo analizar las actitudes de cada personaje y pensar en cómo actuarán. Quizá el único ‘pero’ del libro es el hecho de que todos pecan de cierto maniqueísmo bueno-malo (porque cuando uno de los bondadosos actúa mal, se le entiende por las circunstancias); no obstante, son tantas las virtudes de esta novela que se lo perdono.
Otro de sus puntos favorables reside en su capacidad para sorprenderte. Puede que algunos temas parezcan previsibles, pero no se dan de la forma en que el lector espera y eso siempre es un punto a su favor. Son sorpresas pequeñas, dentro de lo cotidiano, pero está muy bien que la autora lo tuviera todo tan estudiado y le sacara todo el jugo posible a esta estupenda historia. Destaco especialmente la recta final: cuando parece ya no habrá nada nuevo y puedes imaginarte la última escena, se dan giros inesperados que te impactan y conmueven (y estas sorpresas llegan hasta la última página, literalmente).
Por otra parte, a pesar del buen humor que destila no comete el error de volverse azucarado y cursi. Por poner un ejemplo, la relación que empieza Skeeter no cae en tópicos de amor a primera vista: el primer día el chico parece un capullo integral y ella no quiere saber nada de él, el proceso de enamoramiento va poco a poco y se conocen como dos personas normales, sin caer en un idilio digno de las comedias románticas. El final también es digno de mención: la historia acaba bien para unas y no tan bien para otras, pero el libro sabe sacar la esperanza incluso en los malos momentos y eso es lo que me gusta de él, que plantea situaciones duras y les planta cara, no busca el final idealizado y facilón.
Creo que es la primera vez que digo esto en una opinión, pero Criadas y señoras me parece una de esas novelas llamadas a convertirse en clásico, aunque suene muy fuerte. Un libro redondo en todos los sentidos, con una temática de la que se pueden sacar muchas cosas y unos personajes absolutamente inolvidables. Hoy en día se escriben muy pocos libros como este, por eso os animo a leerlo a todos, independientemente de vuestros gustos. Por si mis palabras no os convencen, os dejo algunos datos: más de dos millones de ejemplares vendidos, número 1 de ventas del New York Times, más de 9000 fans en Facebook y una película en camino. Algo tendrá para convencer a tantos lectores, ¿no os parece?
Para terminar, quiero decir que la edición española está muy cuidada, tanto en la traducción como en la cubierta (diría que el título Criadas y señoras me gusta incluso más que el original, The Help). Últimamente Maeva apuesta mucho por la novela negra nórdica (y lo entiendo porque es lo que está de moda y hay que aprovecharlo), pero espero que no dejen de lado estas historias costumbristas y entrañables porque pertenecen a un género que siempre tendrá un público fiel.
Conclusión
En definitiva, una novela para saborear y disfrutar mientras te pierdes en las vidas de unas mujeres que saben sacar el optimismo incluso en los momentos más difíciles. Creo que puede gustar mucho a los lectores de siempre, gente que no hace ascos a una historia entre realista y costumbrista mientras esté bien contada y consiga aportar algo. Además, aunque antes lo he definido como futuro clásico, su prosa sencilla resulta asequible para todos y no se hace pesado en ningún momento. No le veo ninguna pega, así que os animo encarecidamente a darle una oportunidad: hoy en día se escriben pocos libros como este y vale la pena no dejarlos escapar.Enlaces de interés:
Web de Kathryn Stockett
Web española de Criadas y señoras
Mi valoración: 10/10