Quién conozca la obra temprana del cineasta canadiense David Cronenberg sabrá que su estilo abarca la ciencia ficción, el gore y la utilización del cuerpo humano como elemento moldeable. Películas como Scanners (1981), Videodrome (1983) o La mosca (1986) son un claro ejemplo de su cine. Entrados ya en el nuevo milenio Cronenberg decidió probar con películas más realistas donde muchas veces la violencia subyace a lo largo de la trama hasta su explosión final. Crímenes del futuro supone la vuelta a sus raíces para bien y para mal. 
La película sitúa su historia en un futuro poco reconocible donde la humanidad ha experimentado cambios biológicos: la capacidad de ser operados sin dolor o una modificación del aparato digestivo que les obliga a alimentarse de plásticos. Asimismo las máquinas han adquirido una gran importancia para establecer una conexión con el ser humano. El espectador sigue la historia de una pareja de artistas performativos cuyas creaciones incluyen operaciones en canal ante distintas personas que aprecian su arte. De primeras, todo esto resulta complicado de entender pero la cinta tiene un hilo argumental claro. 
En general, la producción comienza de forma intrigante porque el director nos presenta un universo nuevo y desconocido. Ese juego de detective por parte del espectador es interesante. Sin embargo, el entretenimiento desaparece rápidamente para convertirse en hastío. El gran problema son unos personajes fríos con los que difícilmente podemos sintonizar y una trama más pensada en buscar una intelectualidad en el discurso, que de contar la historia de forma interesante. 
çAun así, los actores son de primer nivel: Viggo Mortensen y Lea Seydoux se entregan en cuerpo y alma a sus personajes. Por otro lado, los decorados sobrios y grises encajan muy bien con la historia narrada. También hay que valorar la crítica que subyace sobre cómo la humanidad actual vive un momento de interés por lo morboso, incapaz de ver los verdaderos problemas de la sociedad. Algo parecido narraba Cronenberg en su polémica película Crash (1996), sobre cómo los accidentes atraen los ojos de la gente. No es una cinta para todos los gustos y seguro que excluirá a mucho público al ser tan rádical. La apreciarán aquellos fans del cine de Cronenberg ávidos por que volviera a su etapa de carne, cuerpo y metal. Los demás pueden hacer el esfuerzo de darle una oportunidad, quizás su salto al vacío les sorprenda.
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- ##check## Lo bueno
- La vuelta de Cronenberg a sus inicios.
Viggo Mortensen y Lea Seydoux.
Unos efectos artesanales que sorprenden y nos recuerdan al cine de los ochenta. - ##times## Lo malo
- Carece de ritmo.
Una narración difícil de seguir.
Es necesario admirar el cine de su creador para disfrutar de la película en su totalidad.
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- Ambientación 7.0
- A pesar de situarse en el futuro, no vemos un mundo radicalmente diferente. Los tonos grises y las habitaciones vacías abundan. Lo más sorprendente son los aparatos donde el protagonista descansa para recuperarse de sus dolencias.
- Desarrollo de Personajes 5.0
- Es una película donde el mensaje es más importante que los propios personajes. Esto imposibilita que el espectador se identifique con ellos y se preocupe de su evolución.
- Argumento / Guion 6.0
- Llamativa idea sobre el morbo, el cambio climático y el voyeurismo de la sociedad moderna. Que luego la historia sea coherente es otra cosa…
- Entretenimiento 5.0
- Ritmo pausado. Todo lo que vemos es exagerado para que nos sorprenda, pero acaba por desconcertar antes que maravillar.
- Montaje / Innovación técnica 7.0
- Cronenberg vuelve a sus raíces para presentar unos efectos más artesanos propios del cine de los ochenta. Es ahí dónde la película gana puntos. El montaje es correcto aunque con poco ritmo narrativo.
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- Puntuación Total 6.5 / 10
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